Nota de la autora: Odienme, pero ya no puedo subir siempre, lo lamento tanto, tanto, tanto.
Las quiero, ¡Feliz Navidad muy atrasada! Aquí tienen un especial navideño.
Cortito el capítulo. Pero aún mi madre sigue en depresión y me necesita más que nunca.
Besos, Vale.
Volveré pronto.
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Me levante, era un perfecto sábado, me sentía feliz por primera vez en varios meses. Salí de mi cama, me puse unas pantuflas de reno y lista para bajar, escuche voces.
-Sigue dormida, ya me voy. Dile que la quiero- Escuché la voz de Caroline y baje corriendo, hoy se iba y si no me despedía ahora probablemente ya nunca lo haría.
-¡Adiós Caro! Te amo, pásatela increíble y consigue un francés. Te extrañare tanto- Le dije mientras bajaba las escaleras.
Corrí y ahí estaba con una maleta en sus manos, esperando en la puerta. Me sonrío, nos abrazamos y la deje ir. Mi hermana no estaría aquí en Navidad, este año seria tan diferente. Pero tendría que acostumbrarme, de una manera u otra.
Austin estaba en la sala, con unos chocolates en sus manos. Se veía guapísimo, me senté a su lado. Él me entregó los chocolates y lo besé.
-Me encanta despertarme y ver esto- Le dije sentándome en sus piernas.
-No hay nada mejor. Tengo una propuesta. Caroline se fue y estarás sola en la casa. ¿No prefieres vivir conmigo?- Me preguntó besándome, la nariz.
-Austin, me encantaría- Le respondí abrazándolo -Pero, mejor vive tu en mi casa- Propuse y el señalo su maleta.
Lo abracé tan fuerte que jure que lo hubiera asfixiado, pero no me importo eso. Lo abracé como nunca, como siempre deseé, demostrando cuanto lo amaba.
Se instaló y después de que se bañara, me enseño la canción que había estado escribiendo.
No tenía palabras para lo hermoso que cantaba y lo bien que quedaba su voz con la dulce melodía de la canción.
Después de escuchar la dulce melodía, me quede dormida en sus brazos, los cuales me decían que todo iba a estar bien.
