Capítulo 2.

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—Gracias por la comida —agradeció Gohan tras terminar de comer su porción, echándose un poco atrás y sosteniéndose con las palmas de su mano, sintiéndose satisfecho

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—Gracias por la comida —agradeció Gohan tras terminar de comer su porción, echándose un poco atrás y sosteniéndose con las palmas de su mano, sintiéndose satisfecho.

—¿Ahora sí te llenaste? —Se burló la fémina con una sonrisa ladeada, sacándole un risa entre dientes al chico.

—Sí —aseguró el chico acostándose en el piso, y se quedó absorto en el sonido que hacían las gotas de la lluvia cuando se estrellaban en el techo; lo relajaban.

La fémina no tardó en imitarlo, pero apegándose a Gohan, quien extendió uno de sus brazos para darle más comodidad y, al mismo tiempo, para poder sentirla más cerca; él tenía presente que se iba a ir por unas cuantas semanas para entrenar a Trunks e intentar que este lograra transformarse en un súper saiyajin, así que no sabía en cuánto tiempo la iba a volver a tenerla de esa forma. Le atemorizaba un poco el no poder verla nunca más, pero sabía que, aunque lo quisiera, aquello iba a ser inevitable algún día.
Lo había meditado mucho; su intención era derrotar a uno de los androides por lo mínimo, pero era de su conocimiento que aquello era una misión suicida. La probabilidad de que muriera en el intento era sumamente alta.

Quería mantenerse positivo muy en lo profundo de él, pero aquello solo era una vana fantasía. Y lo sabía.

—¿En qué piensas? —Se animó a preguntar la de ojos cafés al notar que su compañero parecía demasiado metido en sus pensamientos; sobre todo por haber visto que el rostro contrario se había vuelto neutro, y eso no era buena señal.

—Nada en lo que debas preocuparte —mintió el pelinegro suspirando, intentando no mostrar lo que realmente inundaba su cabeza—. ¿Quieres que nos vayamos a dormir? —Indagó para desviar el tema.

—¿Te vas a quedar? —Preguntó ilusionada la chica, no pudiendo disimular su sentir; hacía tiempo en que él no pasaba la noche con ella ya que solo iba por visitas cortas.

No lo podía culpar, de antemano sabía que involucrarse con él de esa forma conllevaba a aquello. Pero ya no había vuelta atrás; Gohan ya estaba muy adentrado a su vida y no había forma de sacarlo.

—Si no tienes problema... —susurró el más alto, mirándola de soslayo.

—Sabes que nunca será así; eres más que bienvenido aquí, tonto —reprochó la chica dándole un débil golpecito en el hombro al Son, sacándole otra risita.

—Gracias, Sei —agradeció con mucha sinceridad el joven, viéndola sumo con cariño, ruborizándola por consiguiente.

Muy internamente, a Seiren se le hacía un tanto extraño la atención que le estaba dedicando él; Gohan no era muy expresivo y entendía por de más el por qué. Y no le había importado eso en lo absoluto desde el inicio, pero que en esos momentos la estuviera tratando de esa forma...
No le molestaba, todo lo contrario, mas sin embargo, no entendía la razón aparente de ese cambio, de esos gestos y mimos. Era como... si intentara demostrar lo que nunca demostró del todo, como si intentara solo huir de todo, como si se estuviera... despidiendo.
Tenía un mal presentimiento.

Sin más, ambos se encaminaron a los futones que había allí, acostándose ella en el lado izquierdo y él en el derecho. Gohan se apegó lo más que pudo a la chica y la abrazó por la espalda —ya que la de cabello largo estaba volteada— por segunda vez en ese día, intentando brindarle un poco de su temperatura corporal alta que poseía, y la chica se mostró más que gustosa ya que el clima le hacía sentir frío.
Se quedaron así lo dos, disfrutando de esos momentos comunes entre las parejas, empero, que ellos no podían tener tan seguido como lo quisieran muy en el fondo.

Gohan, decidido, descendió su mano hacia la cintura de ella y se arrimó a su nuca para empezar a repartir pequeños besos allí, sacándole un par de suspiros a la chica.
Seiren estaba un tanto sorprendida por eso; pensaba que realmente solo iban a dormir, pero veía que los planes de su contrario eran otros. Y no le disgustaban para nada. Sintió cómo el varón descendía sus caricias hacia el cuello. Y eso fue todo.

—¿Quieres hacerlo? —Preguntó la pelinegra dándose la vuelta rápidamente, quedando frente a frente, pudiendo observar los ojos dilatados y deseosos del Son.

Aunque ella también estaba en las mismas; después de todo, había transcurrido tiempo desde su último encuentro.

—Solo si tú lo quieres... —susurró Gohan al tanto que le besaba la mandíbula, robándole otra exhalación.

—Lo tomaré como un sí —comentó un tanto divertida ella, sacándole una sonrisa al chico.

El Son colocó su mano izquierda en la mejilla de ella para después juntar sus labios en un beso que no fue lujurioso, sino que demostraba el rotundo cariño que sentían por el otro. Uno que realmente fue de los más expresivos que se habían dado.
Poco a poco fueron aumentando el ritmo, por lo que Gohan terminó por colocarse encima de ella, aunando sus cuerpos aún más, apenas iniciando aquel acto.

Esa iba a ser una noche larga y solo la lluvia iba a ser testigo de los dos amantes que se encontraban allí, entregándose mutuamente.

Esa iba a ser una noche larga y solo la lluvia iba a ser testigo de los dos amantes que se encontraban allí, entregándose mutuamente

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-Lindassj1

𝐇𝐨𝐠𝐚𝐫 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora