Habían pasado quizás una media hora acostados boca arriba con el sonido de la lluvia de fondo, ambos viéndose incapaces de conciliar el sueño, solo observando el techo nuevamente en tranquilidad.
No solía pasar mucho aquello; Gohan, en su mayoría, terminaba cansado gracias a sus entrenamientos, por lo que terminaban por dormir no demasiado tarde. Pero en ese nuevo día ya eran las tantas de la madrugada y ninguno parecía con ánimos de dormir.Quizás tenían miedo de que ya no pudieran estar nuevamente así, por ello, de forma inconsciente, intentaban aplazar la hora del descanso.
En un ataque de sinceridad y algo que ni él mismo supo descifrar del todo, el Son viró levemente su cabeza a la izquierda, donde estaba Seiren, y sonrió. Quizás, tras verdaderamente sopesar todo, se iba a arrepentir de lo que iba a decir, pero llevaba tiempo queriéndolo confesar y, muy internamente en él, añoraba aquello aún si tenía más que presente que en esos momentos no era posible.
—Quiero formar una familia contigo —confesó Gohan observándola con intensidad, erizándola y sorprendiéndola de inmediato.
Nunca, a pesar de ser adultos, habían hablado de eso. Y sobre todo por la situación en la que estaban envueltos.
—¿Hablas en serio? —Indagó la chica girándose hacia él, con el pulso disparado. Quizás había oído mal; Gohan no...
—Más que nunca —exclamó el varón apretándola contra él, dándole una sonrisita más triste que nada. Estaba siendo sincero a pesar de todo.
Pero una cosa era querer, otra poder. Era su cruel realidad.
—Bueno..., cuando derrotes a los androides, ya veremos —susurró ella jugueteando con el cabello corto del Son, intentando digerir aquello y también persuadiéndolo de alguna manera con sus palabras.
Tenía miedo; no se quería ilusionar con algo que quizás nunca se podría cumplir.
—¿Es una promesa? —Inquirió Gohan en un suspiro, buscando la mirada de Seiren.
—Sí —aseguró la fémina con una sonrisa, dándole un casto beso en los labios y regresando a su postura inicial tras su gesto.
Volvieron a sumergirse en un silencio, escuchando de nueva cuenta a la lluvia que estaba disminuyendo un poco su intensidad, pudiendo oler el petricor gracias a ello. A ambos les gustaba ese aroma.
Seiren no podía terminar de creer que Gohan había tenido un ataque de sinceridad en medio de la madrugada, pero... le gustaba que le hubiera confesado eso. No necesitaba un anillo, no necesitaba un lugar especial, tampoco algo romántico; con que hubiera admitido algo como eso, después de estarla pasando juntos en armonía, era más que suficiente.La hacía feliz.
—Y... ¿qué te gustaría tener? —Se atrevió a preguntar ella, en un remoto intento de querer imaginar una vida a futuro donde los dos estuvieran presentes.
Un sueño efímero y aparentemente inalcanzable.
—Niña —respondió Gohan sin titubear, cerrando sus ojos y sonriendo con añoranza y melancolía entrelazada—. Me gustaría que se llamara Suyai —agregó.
—¿Suyai? ¿Por qué? —Indagó la de ojos topacio con impresión. No le molestaba que él tomara la iniciativa en aquello, pero no comprendía la razón de dónde había surgido el deseo de ese nombre.
No se le hacía familiar.
—Significa esperanza —susurró el chico adormilado, sintiendo que el cansancio empezaba a hacer estragos en su cuerpo por fin—. Y eso eres para mí, eso me transmites: esperanza...
Ella, sumamente sorprendida y sin habla por lo antes dicho, se incorporó de la cama y lo miró, pero lo encontró ya completamente dormido, haciéndola sonreír con ternura y con una calidez invadiendo su cuerpo; no sabía si era por la apariencia que tenía Gohan en ese estado o por lo que mencionó. Quizás un poco de ambas.
—Tú también eres eso para mí, Gohan —murmuró ella arropándolo y acostándose otra vez, pero esta vez dispuesta a dormir realmente.
Era su promesa, una que esperaban cumplir algún día.
-Lindassj1
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𝐇𝐨𝐠𝐚𝐫 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll]
Fanfic𝐇| 𝐸𝑙 ℎ𝑜𝑔𝑎𝑟 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑎𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑎𝑟𝑎́𝑠 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟. Desde pequeño, Gohan supo que él era el responsable de salvaguardar la Tierra de aquellos frívolos androides, por lo que terminó por renunciar a su vi...