2 |Prosigue|

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Estaba petrificada, no podía creer lo que mi madre me estaba diciendo. ¿cómo se iba a casar? debía ser una puta broma. Ella no había tenido pareja desde mi padre, que nos había abandonado a nuestra suerte cuando Lily había recién nacido y yo tenía 11 años.

-¿Me estás jodiendo?

-No me hables así, Joanne. Soy tu madre. Y no, no te estoy "jodiendo" -me dice haciendo comillas con los dedos-. Lo quería conversar contigo antes de contarle a tus hermanos.

-¿Y me lo ibas a contar así sin más? ¿Por qué creíste que era buena idea comprometerte y luego contarle a tu hija que estabas saliendo con alguien?

-Las cosas no son como tú crees -me dice al llevarse las manos a la cabeza con desesperación-Siéntate, por favor.

Se sentó en una banca que se encontraba entre la escalera y una maceta que tenía un gran ficus. Palmeó el asiento para que la siguiera y lo hice. Me sentía incómoda y decepcionada, pero sobretodo, dolida. No podía creer que mi madre quien es mi confidente, no me contara que estaba saliendo con alguien. Ambas nos quedamos en silencio mirando al piso, tratando de calmar nuestra rabia interior, hasta que mi madre habló.

-Se llama Neil, lo conocí en el salón.

-¿Fue a atenderse?

-No, se acercó a mí en la calle mientras yo barría a peguntarme por el taller de Tom, me dijo que quizás más tarde se pasaba por el salón para atenderse. Y así, fue, llegó cuando estaba limpiando y me pidió que por favor lo atendiera. Acepté, pues su sonrisa me había convencido -me dijo mientras sonreía como si estuviese imaginándolo en su cabeza-. Hablamos mucho, incluso después de haber terminado de atenderlo, así que antes de irse me pidió mi teléfono para juntarnos a tomar un café un día.

-¿Hace cuánto fue esto?

- 3 meses.

Levanté mis manos en forma de exasperación, por lo que mi madre me interrumpió para explicarse.

-Entiendo que estés molesta...

-No estoy molesta, ¡estoy dolida! ¿por qué no me lo dijiste antes?

-La verdad es que la situación es un poco más complicada... prefiero que sigamos hablando esto arriba, en privado. ¿Te parece?

-Está bien, vamos arriba. William debe estar hecho líos cuidando a Lily.

Apenas entramos al apartamento Will nos empezó a reclamar por la demora y por haber tenido que cuidar solo a Lily. Mi madre desapareció en dos segundos, encerrándose en su habitación. Era como una adolescente que sabe que hace algo indebido y espera a que la regañen.

-¡Tengo 14 años, yo no debería cuidar a Lily! ¿Sabes lo riesgoso que es eso?

-Will, yo a tu edad cuidaba a Lily y a ti, incluso desde antes, así que deja de quejarte.

-No es justo, Jo, porque tú parecieras ser la señorita perfecta -me reclamó mientras dejaba sus tallarines de lado y le limpiaba la boca a Lily que estaba sentada en sus piernas comiendo los tallarines que él le apartaba-.

-No es cierto, si fuese la "señorita perfecta", tendría un trabajo soñado, viviría en una casa enorme y todos ustedes serían felices porque yo les podría haber dado esa felicidad. Ahí estaría mi perfección, pero como ves...

Agachó la cabeza y me tomó la mano con la mano con la que no estaba sosteniendo a Lily. Me miró y me sonrió.

-Haces mucho por nosotros, Jo. A veces me quejo por lo que tengo que hacer, pero es que siento tanta rabia y envidia por no poder vivir la vida que tienen algunos compañeros de clase o de los chicos de mi edad en general.

-Bueno, pero mira el lado positivo -me miró con cara de no entender-. Nos tenemos a nosotros, esta pequeña familia que ha salido adelante a pesar de todo lo malo que nos ha pasado. Como decía la abuela "lo importante es que..."

-...tenemos salud". Lo sé. A veces creo que soy un malagradecido. Lo siento si a veces te he hecho sentir mal o no te he ayudado lo suficiente.

-Está bien, Will, tú tampoco pediste esta vida y nadie nos ha enseñado cómo lidiar con ella. ¿Terminaste de comer?

Asintió con la cabeza y le retiré el plato. Bastó sólo que me girara para llegar al lavaplatos. Este apartamento era demasiado pequeño para nosotros cinco, ni siquiera podíamos comer los cinco al mismo tiempo porque la barra que separaba la cocina del estar, que hacía de "comedor", no permitía que nos sentáramos todos a la vez.

-Yo lavo los trastes, no te preocupes.

-¿Seguro?

-Sí, prefiero eso que cambiar a Lily.

-¡Pero si yo me porto bien! -ambos la miramos como si no le creyéramos, a lo que puso los ojos en blanco- La mayoría del tiempo.

-Lily, espérame acá un momento, iré a hablar con mamá y luego te cambio de ropa, ¿vale?

-Mmmmhh

-Y te leo un cuento.

-¡Vale!

Me dirigí a la habitación de mamá con tía Mary y pasé luego de dar dos golpecitos y escuchar un "pase".

-¿Quieres que le diga a Will que venga? Digo, para que nos lo cuentes a ambos y yo haga como que no sé nada.

Rió, pero negó con la cabeza. Algo estaba mal.

-Primero tengo que contarte algo, pero no quiero que Will lo sepa. No aún.

-¿Estás embarazada?

Golpeó su frente con su palma y me miró con cara de "quédate callada, por favor", una cara que conocía bastante bien. Me senté en la cama de tía Mary y mamá se sentó en la suya. Lo pequeña que era la habitación permitía que quedáramos lo suficientemente cerca para poder hablar sin que Will nos escuchara detrás de la puerta, que es algo que posiblemente estaba tratando de hacer. Mi madre habló en voz baja pero lo suficientemente alto para que sólo yo la oyera.

-Primero que todo, estoy enamorada de Neil, no quiero que dudes de eso. Es un hombre encantador, realmente me ha hecho sentir muy bien el tiempo que hemos estado juntos. Es viudo, su esposa murió cuando sus hijos tenían 7 y 8 años. La verdad, es que Neil es un hombre de mucho dinero, y no le he preguntado directamente cómo lo ha conseguido, porque nuestra relación no se ha basado en hablar de dinero, si no, dudo que quisiera estar conmigo.

-Pero... no importa, prosigue.

-Si te cuento esto, es porque una parte de mí cree que esto podría ser un gran error y terminar envueltos en algo ilegal. Sin embargo, quiero creer en él y pensar que sólo es un malentendido. Quiero saber qué opinas al respecto.

-Creo que deberías sincerarte con él, no creo que sea algo ilegal. Si bien, es raro que alguien como él vaya a un lugar como el taller de Tom, quiero pensar que realmente fue por la parte de taller y no por el otro negocio. También creo que es importante que él sepa quiénes somos los Collins, que somos una familia un poco rota, pero que tenemos un gran corazón en un apartamento pequeño.

Mi madre me sonrió y me abrazó, hace mucho no nos abrazábamos así.

-Gracias cariño, a veces siento que no merezco todo el apoyo que me das, de vez en cuando pareciera que tú eres la madre y no yo. Aunque a veces pelee con Will y se eje por hacer las cosas, sé que es un niño increíble que hace todo en casa cuando no estamos pero le gusta quejarse -ambas reímos-. Ahora le contaré a Will, quiero que estés presente para que lo conversemos como familia. Luego hablaré con Neil y le pediré que hagamos una cena para que todos nos conozcamos.

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