4 |Cena (parte 1)|

8 2 0
                                    

Ahora

Pasó una semana y llegó el día de la cena donde conoceríamos a Neil y su familia. Tengo media hora para cambiarme de ropa, peinarme y maquillarme. Mamá está muy nerviosa, se ha paseado por los pocos lugares que tiene el apartamento pero lo ha hecho mil veces. Lily está despreocupada jugando con su muñeca en el área común totalmente vestida y peinada. Tía Mary ha planificado que hoy no trabajará para poder asistir, así que luego de mucho tiempo podrá salir en la noche a hacer vida social y no a trabajar.

Me meto a una ducha rápida ya que la clase de hoy no ha estado tan intensa como otros días, mientras Will me toca la puerta para que me apresure. Salgo rápido de la ducha con un resbalón, alcanzando a agarrarme del lavamanos. Me pongo mi ropa interior, medias grises opacas, una falda negra informal que le robé a mamá, una blusa sin mangas suelta color gris claro y mis botas tipo combat -imitación, por supuesto- con mi chaqueta de mezclilla oversized.

No sé por qué pretendo que me voy a peinar, si sé que no lo haré y sólo me pondré un poco de maquillaje.

En 29 minutos me encuentro en la entrada del edificio con el resto de mi familia, esperando a que mamá llame a un vecino que hace de taxi ilegal para que nos lleve a la casa de la familia de Neil, ya que nos queda muy lejos para ir en un servicio legal por el costo que significa. Cuando está por llamarlo, su teléfono comienza a sonar.

-¿Hola? -hace una pausa relajando su ceño fruncido- ¡Cariño! Sí, estamos esperando el taxi para ir, pero nos está costando encontrar porque somos 5 y Lily debería ir en su silla para bebé. ¿Qué? ¿Por qué? No debías... Está bien, gracias. Nos vemos en un rato, besos.

-¿Qué ocurre? -pregunta tía Mary, diciendo lo que todos queríamos preguntar-

-Neil ha enviado una van a buscarnos, ya viene llegando. Tiene hasta un asiento para Lily.

-Wow, impressive.

-¿qué? -dicen mamá y mi tía al mismo tiempo-

-Nada, olvídenlo. Espero que hoy tengamos una buena comida y que al fin conozcamos al famoso Neil.

-No saben lo feliz que me hace esto, realmente espero que les agrade -se acerca a abrazarnos a Will y a mí con Lily en brazos-. Por ustedes haría todo, y también dejaría todo, así que necesito saber su opinión honesta cuando volvamos de la cena.

-¿Acaso mi opinión no cuenta? -pregunta mi tía de brazos cruzados, con una sonrisa en la cara- Quiero que seas feliz hermanita, siempre estaré aquí para ti, nunca lo dudes.

Nos giramos al escuchar la bocina del vehículo que ha llegado y nos subimos de a uno, admirando lo grande y lujosa que es para ser una van. En 30 minutos hemos cruzado gran parte de la ciudad y estamos entrando a un barrio donde las casas son casi del tamaño de nuestro bloque de apartamentos. Will alucina mirando por la ventana y a través de sus ojos puedo ver que ésta es la vida que él anhela, esa que siempre ha querido vivir. Su cabeza se mueve tratando de no perder ni el más mínimo detalle de lo qué pasa frente a sus ojos, como si fuese un momento que quisiera atesorar porque sabe que es difícil que vuelva a ocurrir.

Lily se ha quedado dormida en el camino, y mamá la está tratando de despertar, ella debe saber dónde estamos, posiblemente ya estuvo aquí un par de veces. Tía Mary sólo mira por la ventana en breves intervalos mientras juega con sus dedos en su regazo.

-Chicos, vamos llegando. Quedan aproximadamente tres cuadras, para que se preparen.

-Entendido, ma -le responde Will tratando de encubrir la emoción en su voz-.

La furgoneta se detiene ante una casa de estilo moderno color blanco con toques en madera que aportan cierta calidez a la dura arquitectura. Las luces exteriores acompañan a las del interior que se muestran a través de los grandes ventanales.

No puedo creerlo. Realmente amo a mi madre y sé el valor que ella tiene como persona, el cual es incontable por lo increíble que es, pero sé que venimos de otra realidad. No, no venimos de otra realidad, vivimos otra realidad. Esta casa que tengo en frente podría ser nuestra, porque la familia de mi padre tenía bastante dinero y la de mi madre lo tiene. Sin embargo, ese dinero no es nuestro y posiblemente nunca lo sea por las malas relaciones que existen entre ellos y nuestra pequeña familia. Duele aceptarlo, pero esa frase de que "la familia siempre te quiere y es incondicional" es mentira, no siempre es así y crecí creyéndola, por lo que me decepcioné aún más cuando crecí y descubrí que no aplicaba a mi familia. Además, mi creencia sobre ella se intensificó cuando supe las realidades de mis compañeros de salón, quienes tenían historias mucho peores que las mías. Quizá esa frase aplica cuando tu familia tiene hijos deseados, que cumplen con las metas impuestas por la sociedad y que siempre han hecho las cosas bien, no a las familias rotas con problemas reales.

Vuelvo a conectarme con mi mente y me doy cuenta de que el hombre que vi de perfil ese día en el auto lujoso se encuentra ahora frente a mí, extendiendo su mano para que se la estreche, lo cual hago automáticamente. Neil se hace a un lado y me deja la visión de dos chicos de mi edad aproximadamente que me están mirando. Se acercan a mí y dicen por turnos:

-Hola, soy Alexander.

-Y yo soy Christopher.

DevenirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora