Esta historia podría sonar como cualquier relato cliché en donde el chico más popular del instituto se enamora del chico con las mejores notas de todo el curso, sin embargo el miedo, el amor, el odio, el rencor, las apariencias y la humillación será...
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Y maldita sea el día en que decidieron que la temática de la clase D3 sea "El mayor domo ejemplar" la clase se había inspirado en el mismísimo Sebastian Michaelis teniendo como atracción principal a Choi, quien poseía rasgos bastante parecidos a aquel personaje, siendo uno de los puestos más visitados y buscados por todos los estudiantes del instituto.
Popularidad, buena comida y atención, lo tenían absolutamente todo y no era de extrañar todos se veían malditamente bien vestidos como mayordomos, tanto chicas como chicos era imposible no quedar asombrado con el impecable trabajo de aquella clase.
Sin embargo la D1 no se quedaba atrás, sus citas de alquiler eran cada vez más solicitadas por los chicos y chicas que tenían algún tipo de crush con las citas en el menú. Y ni hablar del excelente trabajo de Hongjoong con los disfraces de los estudiantes de aquella clase, cada disfraz estaba hecho a medida y a la perfección con el puesto que habían adquirido.
Las citas iban perfectamente vestidos con un concepto de "Boyfriend/Girlfriend material" mientras que los demás encargados del orden y servicio del restaurante iban vestidos de rojo, color a juego con los colores rosa pastel y blanco de la temática, se veían simplemente increíbles.
-¡Wooyoung se acabó el azúcar! -el susodicho caminó hasta la pequeña alacena de comida que tenían en busca de azúcar, notando al instante que ya se había acabado en tan solo tres horas de haber comenzado.
-¡Voy a pedir al comedor! -Jaemin asintió desde la cocina.
Era una completa locura, estudiantes de años inferiores disfrutando de todo aquel piso, admirando cada temática realizada por los de último año, sobretodo de la penúltima clase en donde había una extensa fila que llegaba hasta las escaleras, curioso por lo popular que era aquella clase Wooyoung se acercó a mirar.
Y todos se sorprendieron al ver a un bello chico rubio con traje rojo asomarse por la puerta, incluso aquellas chicas que soñaban hace tan solo unos minutos con ser atendidas por la mitad del equipo de Voleibol quedaron embobadas por lo malditamente bien que se veía aquel rubio.
San inmediatamente dejó lo que estaba haciendo y corrió a la puerta rezando para que la loca de Aisha no lo viera, sin embargo su linda mejor amiga se le adelantó.
-Hola hermoso, ¿necesita algo? -Ryujin se paró en el umbral de la puerta.
-Oh no, yo... -Wooyoung se maldijo por ser tan curioso y trató de pensar alguna escusa no tan estúpida en la cual no sonara como un completo metido- ¿Tienen azúcar de sobra? A nuestra clase se le terminó. -San se fue acercando lentamente sin levantar alguna sospecha, el chico necesitaba hablar con el menor y a clarar las cosas de una vez por todas, esta vez no dejaría que se fuera.
-¡Claro! -la chica se volteó e inmediatamente San comenzó a admirar las manchas de humedad en la pared- ¡Mark tráeme la bolsa de azúcar más grande que encuentres, hay un bombón aquí afuera que necesita mucha azúcar!
