Esta historia podría sonar como cualquier relato cliché en donde el chico más popular del instituto se enamora del chico con las mejores notas de todo el curso, sin embargo el miedo, el amor, el odio, el rencor, las apariencias y la humillación será...
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Una semana, tal solo faltaba una semana para que las vacaciones llegasen a su fin, Wooyoung se encontraba alistando su maleta, realmente emocionado por el viaje sorpresa que había preparado el comité estudiantil de su generación.
Cinco días en la montaña sonaba realmente emocionante, lastima que su mejor amigo, quien se encontraba acostado en su cama mirando hacia el techo de su cuarto, no se encontraba igual de emocionado que él.
-La montaña... -dijo en un hilo de voz- insectos, frío, fogatas y ¿sabes que no tienen? -Wooyoung paró de acomodar su ropa y lo observó esperando a que su amigo siguiera con su discurso- No.hay.internet
-Yeosang, ¡anímate un poco! -agarró uno de los almohadones de su cama y se lo tiró en la cara- ¡Vamos a poder despejarnos por completo de todo, respirar un poco de aire puro, contar historias alrededor de una fogata, tardes en el lago y caminatas en grupo explorando la montaña! -Wooyoung medio brincó emocionado- ¡Y sin ningún proyecto de por medio!
-Lo único bueno de eso es que podré estar con Seonghwa sin que nuestros padres estén alrededor los siete días de la semana. -Yeosang comenzó a jugar con el almohadón anterior mente lanzado.
-¿Ves? -una sonrisa se dibujó en el rostro del rubio- ¡La vida es genial! -Yeosang miró horrorizado a su mejor amigo.
-¿Qué mosca te pico y desde cuando le sonríes tanto a la vida? -Yeosang tocó la frente de su mejor amigo y comparó su temperatura con la de él en busca de alguna señal de fiebre- ¿Te estás drogando?
-¡No! -empujó al castaño de vuelta a su lugar.
-El Wooyoung que conozco estaría pegando patadas al suelo orando para que no sea obligatorio el viaje.
Jung sabía que Yeosang tenía razón, en una situación distinta estaría ideando la mejor escusa con tal de no ir a un viaje junto a sus compañeros, pero el sabía que el motivo de su gran sonrisa fue a causa del último mensaje que leyó la noche anterior:
"No sabes las ganas que tengo de pasar estos cinco días solo a tu lado, muero si no nos toca en la misma cabaña"
Y mierda que Wooyoung soñó con el pelinegro toda la noche, imaginándose las mil y un cosas que podrían hacer juntos durante el viaje, la idea de ambos estudiando la flora y fauna de la montaña le hacía demasiada ilusión.
-Hola, tierra llamando a Wooyoung. -Yeosang comenzó a chasquear sus dedos en la cara de su mejor amigo- ¿Estás seguro que no te drogas? y si fuera el caso... -hizo una pausa y sacó su teléfono- ¿Me podrías dar el contacto?
-¡Que no! -Wooyoung empujó a Yeosang por segunda vez, provocando que callera directo al suelo.
-¡Egoísta! -dijo desde el suelo- ¡Los mejores amigos siempre comparten ese tipo de inform... -El castaño no terminó de hablar al ver como Wooyoung alzó el un libro listo para lanzárselo - ¡El de historia no!
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Aquello era un completo desorden, todos los estudiantes estaban con sus respectivas maletas en mano buscando, entre una de las tantas listas que se encontraban pegadas en el muro del colegio, el número de bus en el que iban montados. Era prácticamente imposible poder echar un pequeño vistazo sin salir hecho un lío de ahí, por lo que Wooyoung optó por esperar a que los animales de sus compañeros se fuera calmando.
Los buses comenzaron a llegar, cuatro buses por cada grupo seleccionado, Wooyoung corrió a las listas junto con Yeosang al ver que el mar de gente había disminuido a algo más racional.
Sus ojos se posaron en cada una de las listas, tratando de buscar su nombre o el de Yeosang con la esperanza de que les tocara juntos.
-Bus rojo al lado de.... -Yeosang comenzó a murmurar- ¡Park Seonghwa! -dijo alegre corriendo directo a los brazos de su novio, listo para darle la noticia, dejando la maleta abandonada en la acera al lado de Wooyoung.
-Genial, ahora no sé con quien me voy a sentar...
Wooyoung siguió buscando su nombre orando para que le tocase con alguien conocido o aunque sea alguien soportable por las cuatro horas de viaje.
-¡Aquí está! -dijo emocionado- Jung Wooyoung, bus azul, al lado de... -recorrió con su dedo la fila de puntos, mientras entrecerraba los ojos para no perder de vista su campo en la lista- Choi... -su corazón latió con fuerza- Jong... ho.
-Nos tocó juntos. -una voz, ya bastante conocida, lo sobre saltó- Wooyoung se volteó y trató de sonreír, pero una extraña mueca se formó en su lugar.
-¡Si! -alzó sus brazos en señal de emoción, Jongho rió negando.
-No te gusta la idea, ¿cierto? -Jongho observó como a lo lejos sus compañeros ya se encontraban subiendo a los buses- Wooyoung...
El teléfono del rubio timbró, este lo sacó al instante.
"¿En qué bus te tocó? Según tengo entendido los que van en el mismo bus les toca en la misma zona de cabañas"
Wooyoung mordió su labio inferior, inmediatamente buscó al mayor con la mirada, fallando en el intento. Aquel mensaje y acción no pasó por desapercibido para el menor.
-Wooyooung. -por fin el rubio lo volvió a ver, sin embargo ahora un pequeño brillo se notaba con intensidad en sus ojos- Olvida lo que dije antes, no quiero que las cosas entre nosotros sea incomoda, detestaría perderte por mis impulsos.
Bastante sorpresa y un gran sentimiento de alivio recorrió el cuerpo del rubio, también odiaba sentir esa incomodidad entre ambos, aunque quizás el único que dibujaba aquella linea era él, mientras que su vecino solo trataba de actuar lo más normal posible.
-Te mentiría si digo que eso no me alivia un poco. -suspiró- De verdad lo sien... -Jongho negó y colocó un dedo sobre sus labios callándolo.
-Sigo sin aceptar eso último, así que por favor dame tiempo para poder estar listo y escucharlo. -Wooyoung asintió.
Luego de unos minutos de espera, ambos chicos lograron entrar el bus, Wooyoung había olvidado por completo responder el mensaje del pelinegro. Pero aquello ya no importaba al ver como este se encontraba en el mismo bus que él al final de uno de los asientos al lado de Yunho.
El pelinegro miró por quinta vez al pasillo esperando a que esta vez si fuera el rubio la persona que se estaba montando, sus ojos se conectaron al instante, las personas a su alrededor dejaron de existir y solo ellos dos se encontraban en se bus. Ambos sonrieron, desde el día en el mirador no se habían vuelto a ver hasta esa tarde, listos para partir a un viaje completamente único y mágico.
