Kyle había insistido tanto que terminó por aceptar, sus manos sudaban por el nerviosismo y se miraba por el espejo retrovisor del auto mientras entraban a un barrio donde las casas definitivamente eran mansiones. Louis abrió la boca con impresión y luego miró a su novio que le sonreía.
Iba a cumplir dos años con él de pronto y estaba feliz, pero sentía que le faltaba algo, una chispa para que fuera perfecto.
Lo había conocido cuando fue a dar un recorrido por la que sería su facultad. Kyle estaba guiando al grupo y sus miradas no dejaban de chocar, al final el rubio le pidió su número y comenzaron a salir.
"Vamos Lou, quiero que conozcas a todos mis amigos." Kyle le besó los nudillos antes de bajar del auto, Louis lo siguió con timidez.
Si por fuera la casa gritaba alta clase, por dentro era diez veces mejor. Mármol que costaba como el coche de su madre, una enorme lampara de cristal colgaba elegantemente sobre el centro de la entrada, todo gritaba dinero. Louis estaba tan asombrado que se sentía ridículo. El lugar estaba lleno de personas que alzaban sus vasos de plástico rojo al ritmo de la música que salía de enormes bocinas, entonces así eran realmente las fiestas de la universidad. Louis estaba complacido.
Kyle saludó a sus amigos cuando los vio y rodeó de manera posesiva su cintura, a Louis no le gustaba, no era un trofeo.
"Éste es mi chico." Kyle sonrió con orgullo.
Louis sonrió incómodo y apretó la mano de los tres chicos que había visto junto a su novio en algunas ocasiones. No pasó ni un minuto cuando Kyle lo hizo a un lado y comenzó a hablar con ellos ignorándolo por completo, lo hacia siempre, no importaba con quien estuviera siempre lo hacia sentir fuera del grupo.
Louis soltó un suspiró y caminó hasta la barra donde había vasos, latas de cerveza y botellas de alcohol listas para ser servidas. No era de salir a fiestas, no tomaba mucho, no se sentía cómodo, se quedó parado ahí, sin saber que hacer.
"¿No has decidido que tomar todavía?"
Una voz ronca hizo que se sobresaltara, se giró y juró que su respiración se cortó, si creía que Kyle era muy atractivo sin duda alguna el chico parado frente a él era un dios. Rizos desordenados, ojos profundos color esmeralda, labios rellenos con tono rojizo y para agregarle la cereza al pastel el desconocido sonrió, tenía hoyuelos.
"Uh, no, lo siento por estorbar." Tartamudeó haciéndose a un lado, el rizado rio bajito y se rellenó su vaso con aquel líquido de nombre desconocido.
"¿Te sirvo algo?"
"Claro." Susurró mirando sus manos juntas sin saber que hacer para rellenar el silencio incómodo, la música ayudaba un poco. "Es una casa muy linda ¿no crees?" Las palabras salieron antes que pudiera evitarlo, Louis quería que la tierra se lo tragara.
El rizado sonrió de lado y le entregó el vaso, Louis susurró un pequeño gracias. Sus miradas se encontraron, Louis no supo explicar porqué su rostro se calentó.
"Soy Harry." Y le dio un sorbo a su bebida antes de sonreírle.
"Louis." El castaño lo imitó, el liquido le quemó la garganta haciendo que Harry riera.
"¿Muy fuerte?" El rizado ladeó la cabeza y estiró su brazo a él para quitarle el vaso.
"Un poco." Tosió y le entregó el vaso con timidez. "Es mi primera fiesta universitaria." Balbuceó con torpeza ¿qué le estaba pasando? Nadie decía cosas así, era ridículo.