Despertar

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Con todo lo que habían pasado para conseguir las piedras y con el espectáculo que se habían montado los Dioses para recogerlas, esperaban al despertar encontrarse finalmente en sus verdaderos cuerpos. Pero al recobrar la consciencia en aquella montaña todo seguía igual que antes, aún estaban atrapados en el cuerpo de otro. Aquello había sido un golpe duro para todos, pero no querían permitir que su ánimo decayera. Ya era bastante tarde así que se despidieron de Merlon y comenzaron a separarse para regresar a sus casas.

–¿Oye puerco aún funcionas como Uber?

–Más que un novio, me he convertido en tu esclavo –dijo Rubius mientras volvía a ayudar a Auron a regresar a casa.

–Quién dijo que era tu novio –contestó mientras se aferraba al cuello del otro–. La verdad es que tu propuesta, si puede considerarse una propuesta, fue bastante cutre tío.

–¡Eh que cruel! A mi me pareció bastante heroico.


Continuaron discutiendo sobre quién tenía la razón hasta perderse de la vista dirigiéndose a sus casas. Alexby acompañó a Mangel a su casa para ver a Jimmy, no podía pasar tantos días sin ver a su hijo. Vegetta habría querido poder hablar con Willy ya teniendo su verdadera apariencia, pero al ver que todavía no sería posible no le quedaba más que conformarse con lo que contaba en estos momentos. Se acercó al rubio que estaba hablando con Fargan sobre alguna historia graciosa.

–Willy yo...

–Vegetta hagamos una pijamada –lo interrumpió tomándolo por la espalda Lolito–. No hemos reforzado nuestros lazos.

–Lolito ahora no... –pero Lolito siguió ignorándolo y jalándolo para irse del lugar–. Willy mañana, hablemos mañana –dijo antes de ser totalmente arrastrado por el otro.

–Wow Vegetta siempre es tan popular –dijo Fargan observando junto a su amigo como los otros dos se alejaban–. Pero no te pongas celoso Willy, él sólo te ama a ti.

–Cállate Fargan.



La mañana llegó y a pesar de que prefería seguir descansando, Auron no dejaba de sentir las pequeñas patas de un animal sobre su pecho. Se dio la media vuelta tratando de ignorarlo cuando su rostro fue picoteado en repetidas ocasiones impidiéndole dormir.

–¡Coño Frederick, aparta! –alejó al animal y se recubrió completamente con su cobija. Después de unos breves segundos su cerebro proceso la información y se levantó de un solo salto, asustando a su mascota–. ¡Frederick, mi niño!

–¿Auron? –con todo el alboroto, Luzu despertó sin entender por qué estaba en la casa de su amigo y por qué éste alzaba, abrazaba y besaba a su pollo.

–Luzu, que hemos regresado a nuestros cuerpos tío.

Luzu sin poder creerlo tocó todo su cuerpo, reconociendo que Auron tenía razón, de alguna manera habían logrado recuperar sus vidas. Seguramente Lolito se había quedado en la casa de Auron, él solía visitar bastante el lugar, sólo se preguntaban cómo había convencido a Vegetta.



Willy no recordaba cuándo había sido la última vez que había dormido de esa manera, seguramente ya era más tarde de la hora en la que solía levantarse, pero la comodidad de su cama simplemente no lo dejaba. Se movió un poco para bloquear la luz del sol cuando sintió como una mano se aferraba a su cadera impidiéndole que se moviera. Pegó un grito mientras se sentaba en la cama para observar al intruso que se había infiltrado en su casa. La otra persona se había caído de la cama debido al susto que le provocó el grito de Willy.

–¿Rubius? –dijo Willy observando el cuerpo de Vegetta que era ocupado por Rubius.

–Madre mía Willy, menudo golpe me di –dijo aún soñoliento mientras se sobaba.

–¿Vegetta?

Ahora el rubio estaba más confundido que antes. Mirando a su alrededor se dio cuenta de que no estaba en la casa de Rubius donde estaba seguro que él se había acostado anoche. Esa claramente era la casa de Vegetta, y si Vegetta se encontraba en su verdadero cuerpo eso sólo podía significar una cosa. Corrió hacia uno de los espejos de la habitación y vio a su propio rostro regresarle la mirada.

–¡Vegetta lo conseguimos! –fue hacia donde se encontraba el mayor y lo llevó hasta el espejo–. ¡Mira!

–Ostras chaval –Vegetta no podía creer que al fin estaba en su cuerpo.

–Pero no entiendo por qué estoy en tu casa. Auron tendría que haber dormido en mi propia cama.

–...

–...

–¡Pero qué guarros! –gritaron al mismo tiempo al caer en cuenta de que Rubius y Auron se habían quedado en la cama de Vegetta. Al menos tenían toda su ropa puesta, así que querían creer que los dos tontos no habían hecho nada raro.



Después de haber visitado la noche anterior a su hijo, Alexby creía que estaba soñando con Jimmy, incluso podía sentir sus plumas muy cerca. Jimmy estaba tan feliz de que su padre hubiera regresado a la normalidad que no podía esperar más a que despertara, pero Alexby no parecía querer hacerlo. Sin otra opción comenzó a jalar a su padre hasta el jacuzzi. Alexby pasó de estar descansando en su cama a estar sumergido en el agua. Salió deprisa respirando con dificultad y escupiendo parte del agua que se tragó. Ajustando su visión vio frente a él unos grande y curiosos ojos que lo observaban.

–¡Jimmy! –el animal hizo ruidos de reconocimiento y felicidad, mientras era abrazado por su padre. El timbre de su puerta de pronto no dejó de sonar, así que aún mojado y con el ave pegado a él corrió a abrir.

–Alexby ya no soy un adicto al cigarro y no tengo un novio psicópata –dijo Fargan casi llorando de la emoción y vestido con su traje de policía.

–Creo que Lolito va a extrañarte como novio, empezaba a agarrarte gusto.

–Mangel es un héroe sin capa. Él único que puede calmar a ese demonio rubio.

–No seas exagerado hombre –acordaron desayunar juntos e ir a la comisaría para cumplir con su trabajo.



Rubius escuchaba a lo lejos unos gritos de voces conocidas, no entendía cómo el sonido podía llegar hasta la isla de Vegetta que estaba aislada de todo el bullicio del pueblo. No dejaban de llamar insistentemente su nombre por lo que terminó despertándose. A su lado no sólo ya no se encontraba Auron, si no que además ya no estaba en la mansión de Vegetta si no en su llamativa habitación. Asomándose por su balcón vio que eran Lolito y Mangel los que causaban todo aquel ruido. Ambos le dijeron a Rubius que habían vuelto a sus cuerpos y no podían contener su felicidad.

–Necesitamos que regreses pronto a tu trabajo de cura. No vamos a arriesgarnos a perder nuestros cuerpos nuevamente sin habernos casado.

Rubius que a penas y podía procesar todo a esas horas de la mañana, le dijo a Lolito que lo hablarían después. Entrando a su casa corrió junto a todas sus mascotas que se encontraban en perfectas condiciones como se lo había prometido Willy. Después de jugar con ellas un rato y de alimentarlas, decidió tomar un baño para luego ir a visitar a cierta persona. 

Castigo divino en KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora