Una Razón Para Quedarme

Capítulo 11 ( Sí fuera tan fácil )

—Buenas noches, Pete... ¿Que hace por aquí? Es peligroso — el hermano de Ae abrió la puerta de aquella casa, a la cuál había asistido con una bolsa.

—Lo siento por la llegada tan sorpresiva, pero vine a traer unos medicamentos para Ae — alcé la bolsa e inmediatamente P'Oh observó que era cierto lo que decía, y me invitó a pasar abriendo más la puerta para que entrara.

Al dar mis primeros pasos dentro de la casa, habían risas de parte de la familia, provenían del comedor.

Habían muchas risas alrededor, pero sabía que entre ellas, no estaba la de él... Ninguna risa se compara a la de ese chico.

Pero no vine hasta acá para escuchar su risa contagiosa... Bueno, un poco, pero ese no es mi principal objetivo.

Quiero saber lo que le está pasando últimamente a Ae, y no me refiero a su actitud un poco antipática, e irónica... Eso eso es normal en él.

Me refiero a su salud, me preocupa que hace semanas veía aunque sea un rayo de esperanza en ese chico, sin embargo, estos últimos días me ha dejado saber que fue una simple ilusión.

Ahora lo veo demasiado... "Extraño", más de lo que es él, es cómo sí algo le estuviera perturbando la mente.

Me preocupo más por él, que cualquier otro paciente que he tenido.

—Oiga Pete... Dígame algo antes de entrar en el comedor.

!!!

P'Oh me detuvo agarrando mi antebrazo, y dándome la vuelta.

—He notado que usted y mi hermano se han vuelto muy unidos...

Ay no...

El hermano mayor de Ae me empezó a sonreír bastante divertido, subiendo y bajando sus cejas.

Esto sería muy poco profesional de mi parte tener que admitirle que estoy empezando a sentir cosas por mi paciente que es su hermanito.

—P'Oh, ¿cómo cree eso? La relación entre Ae y yo se asemeja más a la de dos hermanos... O amigos cercanos — un poco nerviosas salieron aquellas palabras junto con una pequeña sonrisa.

Estaba apretando aquella bolsa que cargaba en mi mano, con bastante fuerza intentando no decir la verdad.

—¿Acaso los amigos se besan en la boca?

....

Espera, ¿que?

—¿A que usted se refiere, P'Oh? — mis mejillas podían delatarme fácilmente, ya sentía mi cara muy caliente.

—Hablo del beso que ustedes dos se dieron en casa de nuestra abuela, justo en la puerta, ¿o me equivoco? — él parecía seguro acerca de lo que decía, no había ni una pizca de duda, pero para estar así debió haber visto o escuchado algo.

¿Ae se lo dijo?

—P'Oh... En verdad lo siento mucho — me sentía avergonzado, le pedí disculpas dándome por vencido, aceptando la realidad — todo pasó tan de repente... Su sonrisa, sus ojos, su ironía, su carácter... — un suspiro salió de mi boca, con una muy ligera sonrisa en mis labios al pensar en él.

Él fue muy repentino en mi vida.

—Pete, no soy la doña chismosa que va a ir de casa en casa tomando café para contarle a los vecinos el último chisme — P'Oh agarró la bolsa que tenía en la mano, y me miró sonriente — mi hermano antes era una persona sumamente amable, dulce, y sensible...