Parte Seis

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Mil gracias por la oportunidad que le dieron a  esta breve historia, espero les hayan gustado los dos capítulos extras, voten y comenten, de nuevo mil gracias

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Mil gracias por la oportunidad que le dieron a  esta breve historia, espero les hayan gustado los dos capítulos extras, voten y comenten, de nuevo mil gracias. 

—¿Sigues enojada conmigo?

Sandy miró a Constanza por encima del hombro, torciéndolo los ojos fingiendo estar muy enojada. Se acercó a la barra en donde puso la taza y el plato con el sándwich que se acababa de preparar.

—Lo lamento.

—Eso no funcionará —respondió seria—. El pobre Marcos se fue muy apenado, casi tiras la puerta tocándola de esa forma.

—Sabes que no me gusta que te encierres con Marcos. Eso da a mal pensar.

—Se sentía mal, ya te expliqué —dijo fastidiada—. Lo operaron del cerebro ¿sabes? Es normal que tenga ese tipo de jaquecas por eso lo llevé a recostarse, lo del seguro en la puerta fue un accidente.

—Pensé que le operaron los ojos, no el cerebro.

—Los nervios ópticos están en el cerebro.

Constanza rió negando sin que Sandra la viera, no le creía nada, conocía a la perfección a esa niña sonriente y caprichosa que se había convertido en mujer demasiado rápido para su gusto.

—Si tus hermanos se enteran de esto pondrán el grito al cielo, para evitarnos problemas cuando Marcos tenga jaquecas llévalo al sillón de la biblioteca o a cualquier otro lado, menos a tu cuarto.

—Lo que haga con Marcos no es problema de ellos, tú como siempre poniéndote al lado de ese par de idiotas.

—¿De qué hablas?

—Estás preocupada porque no se enteren y no te pones a pensar en mí, en como me sentí, casi tiraste mi puerta, te portaste como una loca, no confías en mí.

—Yo confío en ti, pero no en Marquitos.

—Eres una machista, Santiago se encerraba con Valentina y nunca dijiste nada, igual era faltarle el respeto a la casa. Pero no me digas nada, no te justifiques, siempre los has querido más a ellos no puedes ni disimularlo. Te deshace en atenciones cada vez que alguno viene, a mi no me quieres, seguro estás harta de mí como todo el mundo, pronto me voy a ir y ya no vas a tener que soportarme.

—Mi amor, no digas eso.

Sandy salió de la cocina conteniendo una sonrisa, sollozó falsamente al percatarse que Constanza la seguía y luego subió los escalones trotando hacia su habitación. Aquel drama fue la única forma que encontró para parar esa charla, no quería seguir justificando su encierro con Marcos, temía que Constanza le sacara la verdad de alguna forma.

Al cerrar la puerta fijó la vista en la cama, suspiró con una sonrisa en los labios por los recuerdos de unos minutos atrás. A pesar que Constanza interrumpió un momento tan excitante seguía estando casi en el mismo estado, con el calor en el cuerpo que dejaron esos besos y roces. Sentada sobre la cama le envió un mensaje a Marcos, el pobre había salido apresurado y sonrojado, a pesar de que la mentira de Sandy aparentemente había funcionado.

Todo sucedió en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora