Nos Vamos a Ravenhorlm

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Las luces rojas de emergencia se encendieron. El telefonillo siguió transmitiendo la llamada de Eli.

_ ¡Salid de aquí! ¡Id a la cosa!

A Gordon le golpeó una idea.

_ Papá... - Dijo él para si mismo inconscientemente.

Eli siguió hablando.

_ ¡No paseis por Rav--!

La llamada se cortó nuevamente.

_ ¿¡Papá!? ¡Papá! - Ella golpeó la pantalla furiosa. - ¡Mierda! ¡Dog, abre la cámara! ¡Sácanos de aquí!

Él gruñó y se acercó a la otra puerta. Empezó a golpearla, abollandola, cuando escucharon la alarma de la Alianza.

_ ¡Rápido!

Dog cogió la puerta y la abrió, forzándola. Los dos salieron por la puerta y luego fue Dog.

Corrienron hacia el laboratorio, Alyx iba delante cuando un derrumbe dejó a Gordon y a Dog fuera del laboratorio.

_ ¡Gordon! ¡Tienes que salir de aquí!

_ ¿Y qué pasa contigo?

_ No puedo dejar a mi padre.

_ De acuerdo... promete que no te pasará nada...

Ella estiró los brazos entre los escombros y agarró las manos de Gordon.

_ Te lo prometo... Dog, llévalo al pasadizo de Ravenholm ¡Rodeadlo y reuniros conmigo! ¡Rápido!

Dog cogió a Gordon y lo puso sobre su espalda.

_ Buena suerte.

_ Igualmente. - Le sonrió.

Dog empezó a correr hacia la puerta del pasadizo a Ravenhorlm y la abrió de un golpe, corriendo. Dog dejó a Gordon en el suelo y cerró la puerta dejándolo dentro.

_ ¿Qué haces? - Dog gruñó negando con la cabeza. - No puedes dejarla ¿Verdad? - Asintió. - Dog... corre.

Dog asintió y le acarició la mejilla con uno de los dedos saliendo corriendo hacia Alyx. Gordon tardó unos segundos en responder y salió corriendo por el pasadizo, se notaba que nadie lo usaba en mucho tiempo. La alarma resonaba por el lugar.

Llegó a un ascensor donde vio un cadáver sin piel y con la cara como si estuviese gritando.

Subió por unas escaleras de emergencia, ya que el ascensor no funcionaba. Después de atravesar in corto pasillo salió a una ciudad algo rústica.

Todo estaba demacrado y destrozado. Los edificios, sin embargo, estaban intactos pero se notaba que todo era muy viejo y que nadie lo había usado en muchísimo tiempo.

Al seguir por un pequeño césped de una casa vio a un hombre ahorcado en una farola. Lo único que quedaban de él eran la ropa y parte de los músculo.

Se metió en un granero de la casa contigua donde todo estaba manchado de sangre y había otro cadáver, este estaba partido a la mitad por una hoja de sierra circular. Al continuar las pared se rompió y unos zombis entraron, usó el arma antigravitatoria para lanzarles unas sierras partiendolos a la mitad.

Salió de allí lo más rápido que pudo y volvió a escuchar a Breen.

_ Se han convertido en unos demonios con mucho poder y en los que no encuentras un atisbo de luz.

_ Comentarios en el momento apropiado ¿Eh, Breen? . . . Alyx se habría reído de esto...

_ Porque los dias de mi existencia se desvanecen como el humo y mis huesos se desmenuzan como el polvo. Deja que los impuros en mi sea leña para este fuego hasta que nada quede, acepto la luz.

_ Está hecho todo un poeta.

Siguió a través de las casas y las calles encontrando a muchos zombis y mas cangrejos asaltacabezas.

_ ¡Qué se conviertan en polvo! - Siguió Breen.

-¡Joder que susto! ¡Creí que habías acabado de blah, blah, blah!

_ ¡Qué el ángel del Señor les persiga!

Siguió encontrando mas zombis a casa paso que daba usaba la arma antigravitatoria para no gastar munición al igual que la palanca. En una cayejuela escuchó una estrepitosa risa de un hombre mientras unos zombis se quemaban y gritaban de dolor.

_ ¿¡Hola!? ¿¡Dónde estás!? ¡Puedo ayudarte! - Empezó a escuchar unos sonidos como aullidos.

_ ¿Quién es este? - Dice la voz. - ¿Otra vida que salvar?

_ ¿¡Do--dónde estás!?

_ Cuidaré de ti, pero no puedo prometerte nada mas.

_ ¿Me puedes escuchar?

No hubo respuesta ninguna. Gordon, después de unos segundos de espera, continuó. Seguía encontrándose zombis por donde pasaba. Al llegar a una sala vio a dos cangrejos el doble de grande que los normales y de color negro con muchas puas por el cuerpo pareciendo pelo. Gordon no se lo pensó dos veces y les lazó unos muebles aplastandolos.

_ ¿¡De dónde han salido estes!? ¡S--si se habían extinguido!

Subió a la azotea del edificio y volvió a escuchar los aullidos. Empezó a saltar ente los techos. En uno más alto escuchó la risa de aquel hombre de nuevo.

_ ¡Bien hecho! Te recompenso dejando que uses mis trampas, te recomiendo que no caigas en ellas.

_ ¿Trampas?

-Oh... no... ¡detrás de ti! - Gordon miró y no había nada, el hombre empezó a reírse. - En Ravenholm hay que estar alerta.

_ Claro... gracias por el consejo...

Gordon continuó por los edificios sin ir por las calles. De fondo escuchaba la voz del hombre.

_ ¡Soy el padre Grigori! ¡Ya veo que has conocido a mis fieles! - Se volvió a reir.

-Que gracioso... me parto y me mondo... - Susurró Gordon.

Ciudad-17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora