4

4 0 0
                                    

 (Pasados dos días)

Viernes 2 de abril de 2018

(Whatsapp) Roma-Sobre las doce estoy en tu casa. -Vale, pero no tengo qué ponerme. -No hay problema. (Respondió añadiendo en emoticono del guiño y el pulgar arriba)

Así fue. A las doce y cinco estaba llamando a la puerta de mi habitación. -¡Hola!¿Lista? -Pero...¿cómo...? -Adrien me abrió la puerta. -Como puedes ver, no estoy lista para nada. No sé para qué lo preguntas. Seguidamente me dio un vestido y me dijo- ¡Toma, póntelo!-me quedé mirándolo, así que añadió-¡Venga! ¡¿A qué esperas?! ¡Pruébatelo! Cuando salí del vestidor, Roma se quedó mirándome, alucinada, fijamente. -¡Estás...! ¡Genial!- dijo con un tono de voz subidito por la emoción. -No se-dije a pesar de que no podía parar de sonreír y mirarme al espejo. Ese vestido violeta, de tirantes y con unos detalles brillantes en la cintura era precioso. -Admite que te ha gustado. -¡Está bien! Pero no me ha gustado, me ha encantado. Reconozco que es mucho mejor que esos despampanantes y extra elegantes vestidos que me compra mamá. -¡Así me gusta!- dijo. 

 Terminamos de arreglarnos. 

 -¿Vamos?- preguntó. -Sí- respondí esbozando una sonrisa- Una sola pregunta más; ¿te ha dejado ? o mejor dicho ¿ me ha dejado mi madre ir? -Ssss...no. Y no grites mucho.- susurró al mismo tiempo, que tiraba de mi para que saliera de la habitación. -¡Estás loca! ¡¿Cómo pretendes que me vaya sin que lo sepa mi madre?! ¿Tú sabes la que se puede montar? -¡Shhh!¡Vamos!- me dijo muy bajito, casi sin voz. Al final accedí; tampoco sería tan malo; no sería para tanto. Abajo me sorprendió ver a Adrien, quien me abrió la puerta del coche y, antes de subir lo miré como pidiéndole perdón. Él habló antes que yo: -No pasa nada. Yo me ocupo. Ve. Diviértete.- me dijo, terminando con esa humilde sonrisa que él tenía.



Vive tu vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora