T.S.B.F.I#18

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Una chica pelirroja se encontraba mirando de nuevo la pantalla de su teléfono mientras se preguntaba una y otra vez por qué no contestaba ese chico irritante, arrogante e imbécil pero amable y divertido a la vez. Al final el fin de semana anterior no habían quedado para tomar ese helado que le había propuesto el joven.

Ella cierra su taquilla y se dispone a ir a su clase ya que el timbre de la primera clase había sonado cuando comienza a llamarle alguien por su teléfono móvil, aún encendido. Desesperada y al no saber el número de la persona le cuelga pero esta vuelve a llamar haciendo que coja la llamada frustrada y enfadada.

-¿Quién es?-preguntó intentando no sonar borde, cosa que no consiguió.

-Pelirroja.- la joven ahora quieta en el sitio al escuchar la voz del chico su enfado se marchó.

-¿Mickel?- pregunta asombrada para después dirigirse al cuarto de baño de las chicas.

-El mismo.- le contesta para después soltar una carcajada.

-¿Por qué me llamas? Es primera hora.- le dice la chica sin entender la situación.

-Necesito tu ayuda Mel.- le explica mientras ella se muerde el labio.

-¿Por qué necesitas mi ayuda? Creí que estabas enfadado conmigo.

-No estaba enfadado contigo, simplemente fui un cobarde al no volver a hablarte. ¿Puedes venir a fuera? ¿A la cancha de fútbol?

-Sigo sin entenderlo.- le dice ella aún confundida.

-Por favor, ¿podrías llevar algodón y alcohol de la enfermería?- le pide.- No preguntes el por qué; después lo sabrás cuando me veas.

-Está bien.- responde ella preocupada.

-Adiós pelirroja.- se despide el chico antes de colgar la llamada sin darle opción a ella para que hable.


La joven se dirigió a la enfermería y pidió un poco de alcohol y algodón diciéndole a la enfermera que se había cortado sin querer. La enfermera al ver a Ella como una chica simpática y para nada mentirosa le dio un poco de cada cosa haciendo que la chica le agradeciera antes de irse.

Sentado en bajo un árbol a unos metros de la cancha de fútbol se encontraba un rubio mirando sus nudillos algo ensangrentados  mientras esperaba a su pelirroja; sí, su pelirroja.  Ella caminaba con algo de rapidez hacia la cancha, observó el lugar intentando encontrar al de ojos azules hasta que lo encontró.

Caminó hasta él algo enfadada pero preocupada. Su preocupación creció aún más al verlo con un ojo algo amoratado, su labio inferior partido y sus nudillos ensangrentados.

-Mickel.- susurró haciendo que el rubio levantara la cabeza para después mirarle a los ojos.

-Pelirroja, pensé que no vendrías.- dice para después sonreírle, Ella se arrodilló frente a él y le cogió con cuidado una de sus manos. Cogió de la bolsa que le había entregado la enfermera un poco de algodón que mojó en alcohol para más tarde comenzar a desinfectarle las heridas al que por ahora consideraba su amigo.

El silencio abundaba el lugar de aquella escena, una vez acabó de curar los nudillos de las dos manos del chico, miró a su amigo a los ojos haciendo que el color azul cielo de él se fundiera con el azul grisáceo de ella. Con cuidado el joven quitó un mechón de pelo de la cara de la chica mientras ella se dedicaba a curar su ojo. Manuela se estremeció por el contacto de los dedos de él en su cara haciendo que se sonrojara mientras pasaba a a curarle, por último, su labio inferior. Con prudencia puso el algodoncito mojado sobre el labio de este haciendo que se quejara por el escozor de la sensación molesta que le proporcionó el contacto del alcohol con su belfo inferior, ahora roto.

Al terminar la tarea, Ella, se quedó mirándole arrodillada. Veía a un joven de su edad algo débil pero con su orgullo intacto. Contemplaba su rostro magullado pero aún atractivo, su labio partido hacía que sintiera por dentro un deseo extraño en el interior, las manos magulladas de él hacía que sintiera como si estuviera protegida mientras que su ojo algo amoratado le demostraba que el chico no era perfecto y que también podía perder alguna que otra vez en su vida. Ese muchacho, no, ese hombre parecía muy diferente ahora en ese silencio, que cuando estaba rodeado por gente.  Con esfuerzo, voluntad y coraje la chica se atrevió a hablar por primera vez después de minutos.

-¿Quieres un helado?- le pregunta temiendo la respuesta del otro.

-Sí, por favor.- le responde este con una sonrisa. Ella se levanta y tiende su mano hacia el joven para ayudarle a levantarse.-Pago yo.

-No, pago yo. Creía que te debía un helado.- le dice la chica con una sonrisa provocando que el chico ría.


Sin duda este es uno de los capítulos que más me ha gustado escribir. ;)

Espero que les haya gustado y quiero dedicarle este capítulo a Mrs_Writter porque me está flipando y enamorando su historia -> St Claire: Internado para rebeldes. Enserio, ¡estoy amando la historia!

También quiero dedicarle este capítulo a otra escritora: socialxliz porque me estoy leyendo su historia La Nerd Es Una Stripper y he de decir que me está flipando Jajajaja.

¡Besos y espero que os haya gustado!


The Stupid Boy from Instagram [#1 B.G.A.F]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora