Prólogo;
Narradora POV.
Un juramento de una de las Diosas de aquel salón fue roto, dando a luz a la pequeña que en ese momento de tan solo un año, la cual estaba en medio de las 12 deidades regentes de ese lugar. Ya habían hecho demasiadas reuniones para decidirse que se haría con la pequeña criatura, pero nunca llegaban a un acuerdo. Algunos decían que podía ser demasiado peligroso que la semidiosa siguiera viviendo, ya que no sabían que tan poderosa podría llegar a ser, siendo la primera hija de una Diosa, no sabían muy bien que esperar.
Mientras que los otros decían que era mejor esperar a que creciera, tal vez podrían ponerla de su lado. Estaban tan absortos en su conversación que se sobresaltaron cuando la pequeña había empezado a llorar, pidiendo por su madre, la cual se levantó rápidamente y alzó a la niña en brazos, por lo cual se ganó ciertas miradas de parte de los demás. Abrazo a la niña y volvió a sentarse en su trono.
— No podemos simplemente dejar pasar esto. Sin embargo, tal vez podríamos darle una tiempo.-Hablo Atenea, la diosa de la sabiduría.
— Yo opinó que deberíamos mandarla a una prisión, o al mismísimo Tártaro, realmente no me importa, ya tengo suficiente con los mocosos del campamento.- Esta vez hablo Dionisio.
Varios murmullos comenzaron a surgir de las bocas de los demás, hasta que el rey de los Dioses, Zeus, los mandó a callar para que lo dejaran hablar.
— Le daré hasta los 16 años, se educará aquí y luego la mandaremos al campamento. Cuando cumpla la mayoría de edad la juzgaremos y sabremos si... eliminarla o no.
Ninguno de los otros Dioses puso objeción, la madre de la pequeña quería protestar pero no sentía que fuera correcto, después de todo, todo esto pasó porque ella no pudo mantener su voto de castidad.
— ¿Estás bien con mis órdenes, Artemisa?-Zeus se dirigía a la mujer que tenía a su hija en su regazo, la cual asintió a regañadientes.
Y sin más que decir, Zeus dio por finalizado esa junta.
Los años pasaron y la pequeña creció en el Olimpo, junto a los Dioses, los cuales se encargaban de educarla. Atenea la ayudaba con sus estudios, Ares le enseñaba a luchar, Apolo le enseñaba a tocar instrumentos y esas cosas, Afrodita... bueno, Afrodita le enseñaba a ser bonita y a capturar hombres.
Los Dioses le daban su bendición y la consentían, sin quererlo se habían encariñado con ella, pero sabían que algún día, ella podría ser peligrosa.
Al fin el día llego, su decimosexto cumpleaños. Cuando toda la fiesta ya había pasado su madre fue a sus aposentos y le hablo de un tal "Campamento Mestizo", al cual tenía que ir.
________(T/N) armó sus maletas sin protestar. Había escuchado de ese campamento, y de las personas que había allí, en especial un tal Percy Jackson, "El héroe del Olimpo" según los Dioses. Mientras pasaban las dos guerras, la de Cronos y luego la de Gaia, ________ quería luchar junto a todos, pero le fue prohibido revelarse hasta que cumpliera los 16 años.
Con un revoltijo en el estómago se dirigió hasta donde estaban los demás dioses para despedirse.
Después de tener una charla privada con cada uno, y luego de recibir bendiciones, consejos y cosas así fue hasta su madre y ambas partieron hacia el campamento mestizo.