Barro

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Denver estaba escondido detrás de un arbusto, intentando cargar una pistola de juguete con sus respectivos dardos mientras susurraba:

Denver: ¡Cárgate, por Dios!

Río: -pasa cerca del arbusto- Denver~ ¿Dónde estás?~

Salió corriendo de detrás del arbusto, cargando la munición nervioso.

Al no mirar por donde corría, el pequeño Denver tropezó en un charco de barro.

Río: ¡Ya eres mío! -corrió más rápido y se tropezó junto con Denver- Mierda...

Denver: Eso...

Ambos niños cogieron sus pistolas y fueron hacia la casa de Toledo.

Allí, Andrés estaba sentado en una silla, jugando a las cartas con Sergio, mientras que las niñas jugaban a la cuerda.

Mónica: -mira a Denver y Río- ¡Por Dios! ¿Que os ha pasado chicos?

Denver: Me caí al barro, y Río también...

Sergio caminó hacia los dos niños y los miró, con una expresión de enfado y fastidio.

Sergio: -quita las pistolas de las manos de los niños- Arriba los dos. Os tenéis que bañar.

Río: ¡No!

Sergio: Río... A la bañera.

Denver: -sube corriendo las escaleras hacia el baño, para escaparse de la regañina de su mayor-

Ahí va un resumen rápido de la situación. Al final Río perdió la discusión con el Profesor y acabó en la bañera, limpio como los chorros del oro.

A los niños no les gusta demasiado bañarse, y ellos dos no son la excepción que confirma la regla.

𝙻𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝙷𝚎𝚒𝚜𝚝 <𝙻𝙲𝙳𝙿>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora