Las niñas seguían con su pequeña fiesta en la habitación de Nairobi, con la música a todo volumen.
Habían pasado varias horas encerradas.
Río: Oye, yo no quiero entrar ahí.
Andrés: Pues vas a entrar. Chicos, repasemos el plan. Río se mete en la habitación vestido de princesa para distraer a las niñas, Denver se cuela y apaga la música. Si nos pillan, mete el altavoz en el saco, se va corriendo y me lo pasa a mí, que voy a estar escondido en el desván.
Río: ¡Que no me quiero vestir de princesa! Es un insulto para mi hombría.
Andrés: Río, tú no tienes de eso.
Denver empezó a reírse en voz baja.
Andrés: ¿Prefieres llevar el vestido tú, Denver?
Denver: ¡No! No...
Andrés: Muy bien... Ahora, empezamos. Río, ¿estás listo?
El pequeño salió del baño con el vestido blanco puesto y los zapatos de tacón calzados.
Denver: Bro... Perdón pero estás brutal -empezó a reír de forma descontrolada- ¡Te falta ir maquillado!
Andrés sonrió.
Río: Berlín, no me voy a maquillar.
Andrés: También dijiste que no te ibas a poner el vestido y mírate -rió por lo bajo-
Río: Acabemos con esto...
Abrió la puerta de la habitación y entró, haciendo que las cuatro niñas lo miraran fijamente.
Tokio: Eh... ¿Río? ¿Que haces?
Río: -tos falsa- ¿Puedo quedarme con vosotras?
Nairobi y Mónica se miraron. Luego miraron a Raquel. Las tres asintieron.
Mónica: ¿Por qué vas así vestido?
Río: Hice una a-apuesta con Berlín... Y perdí...
Mientras las niñas hablaban y hacían preguntas a Río, Denver se coló en la habitación e intentó apagar el reproductor. Raquel se dió cuenta, corrió hacia Denver y lo tumbó de una llave.
Raquel: ¿Denver? ¿Algo que decir?
Denver: -con la cabeza en el suelo y las manos en la espalda, sujetado por Raquel- ¡Río! ¡Avisa a Berlín! ¡Aborta la misión!
Río intentó salir corriendo, pero Tokio y Nairobi lo sujetaron de las muñecas.
Nairobi: Moni, la comba.
Mónica sacó una comba de debajo de la cama y se la tendió a Nairobi mientras que Tokio sujetaba a Río.
Ataron a ambos niños con la comba y sonrieron.
Río: ¡Berlín! ¡Berlín!
Denver: ¡Berlín! ¡Baja aquí y ayúdanos!
Andrés estaba sentado en el desván, jugando al solitario, ignorando los gritos de Río y Denver.
Tokio: Nadie nos apaga la música. Nairobi, el maquillaje.
Nairobi: -le tendió a Tokio una caja con cosméticos de Barbie y sonrió malévolamente- Haz lo que tú sabes, Tokio.
Los niños empezaron a moverse, haciendo que sus caras quedaran manchadas de colores rosados y violetas.
Nairobi: Ahora... -desató la cuerda- ¡Fuera!
Ambos niños corrieron a donde estaba escondido Andrés y lo miraron, enojados.
Río: Hemos fracasado...
Denver: Quiero quitarme esto de la cara -intentó limpiarse con la manga de la chaqueta- Que asco...
Se escuchó un grito desde la cocina. Era Sergio, diciendo que tenían que ir a comer.
Todos los niños bajaron al oír a Sergio.
Sergio: Eh... ¿Que os ha pasado?
Las niñas empezaron a reír, seguidas de Andrés.
Río: ¡Esto es tu culpa, Berlín!
Denver: ¡Imbécil!
Sergio: -suspira- Ya no... Ya no quiero saber...
Vale, un capítulo medio malo, según yo xd
Debería tomar un descanso, pero paso. Voy a empezar a sobreexplotar una de mis habilidades: Apuntar TODO lo que se me ocurre con referencia a este fanfic.
Adiós 💛✨
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𝙻𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝙷𝚎𝚒𝚜𝚝 <𝙻𝙲𝙳𝙿>
Fanfiction¿Y si los atracadores más buscados a nivel mundial fueran niños? ¿Cómo serían sus vidas cuándo un hombre misterioso, que se hace llamar "El Profesor" decidiera darles una vida mejor a los pequeños?