Capítulo 10 - Último acto

131 7 1
                                    

Ángel Gabriel seguía en la sala de su casa pensando en alguna solución al problema que lo estaba aquejando. Muchos recuerdos pasaron por su mente. Su memoria era como un álbum de fotos en las que podía ver diferentes momentos de su vida.

Recordó cuando se mudó solo con su madre a un lugar diferente y lejos de la casa de sus abuelos. Por mucho tiempo había vivido con ellos, y esa fue una de sus primeras nuevas experiencias. También recordó cuando conoció a Eduardo aquella tarde en un café. Pensó que solo sería amigo de aquel chico que, en esa época, logró despertar sentimientos en su alma y con el cual aprendió muchas cosas nuevas.

Posterior a Eduardo, Gabriel tuvo el control por un periodo, y este tuvo una relación con Gianina. Ella fue una chica que dejó huella en su vida y mantuvo una amistad con ella. A los meses llegó Caleb. Luego de mucho tiempo volvía a sentirse bien y enamorado de otra persona. Cada detalle suyo hacía que Ángel vuelva a creer en el amor.

Después, recordó cuando descubrió lo que realmente le gustaba estudiar. El probar diversas carreras le ayudó a que finalmente hallara lo que en realidad le apasionaba. En su memoria también apareció su tiempo con Paulo. Aquel chico de bonitos ojos del color de la Luna que se robó su corazón, y que, a pesar de que las cosas no terminaron del todo bien, en el fondo era un buen muchacho. 

Finalmente, recordó su última etapa universitaria. Etapa en la que hizo muchas nuevas amistades: Marcia, Bruno, Daniela, Camilo, Alejandra, Anny, Alfonso, Paola, Luciana, Natalie, Franco, Luna, entre otros más que su subconsciente recordaba mejor que su memoria. Todas esas personas maravillosas que marcaron su vida de alguna forma y que ahora extrañaba más que nunca.

Lo último que vino a su mente fue la imagen de David y Dalia, las dos últimas personas que había conocido y que también habían marcado algo en su vida. Dalia fue la chica que su demonio interno había marcado y con quien también había tenido contacto; sin embargo, le guardó cierto cariño porque consideraba que era una buena persona. Mientras que David fue el último chico al cual le entregó su corazón. Fue la persona con la que decidió darse una oportunidad más en el amor a pesar de tantas decepciones que había tenido que pasar a lo largo de su historia.

Algunos creen que cuando morimos podemos ver el recuento de nuestra vida pasar en unos cortos minutos tal como si fuera una película. Tal cual, Ángel Gabriel pudo ver la suya sin necesidad de estarlo.

La tarde pasaba y el cielo empezaba a oscurecerse. La oscuridad también llegaba a la sala de la casa de Ángel. Decidió no encender ninguna lámpara y mantenerse en aquella penumbra de la cual estaba tan acostumbrado. El íncubo lo había aislado tantas veces en su mente que aquel escenario sin luz ya le era totalmente familiar y cómodo. Todo esto era propicio para que pensara con más tranquilidad en qué hacer con su situación. No obstante, tenía una conversación pendiente con 'Gabriel'.

"¿Gab...? ¿Íncubo?", preguntó Ángel.

"¿Qué quieres ahora?", contestó.

"¿Al menos tienes un nombre?"

"No. No lo necesito. Solo uso el que tenga el cuerpo en el que habito."

"Bueno... He pensado mucho toda la tarde...", le dijo Ángel muy serio.

"Lo sé. A pesar de no estar ahí, puedo escuchar la mayoría de tus pensamientos. Sin embargo, la mayor parte del tiempo los ignoro porque son irrelevantes y aburridos.", respondió.

"Entiendo... En ese caso, por si no le prestaste atención a lo que pensé, te lo diré ahora."

"¿De qué hablas? ¿Qué es lo que vas a decirme?", preguntó con duda.

"Voy a terminar lo que inicié con Luna. Voy a eliminarte de una vez por todas.", le dijo Ángel.

"¿Eliminarme? Ja... Creo que fuiste tú quien no le prestó atención a nuestra última conversación. Yo no soy un problema más que puedas eliminar con doctores o medicamentos. Ya me cansé de repetírtelo, humano estúpido."

NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora