-Jin, para.- Pero mis palabras no fueron suficientes. Por mucho que las gritara, que llorara, que intentara alcanzarlo, no eran suficientes. ¿Alguna vez fui suficiente yo para él?
Mi nombre es Kim Namjoon. Trabajo en una gasolinera al lado de mi casa. Puedes pensar que soy un chico corriente, y estarías en lo cierto. Mis estudios se abandonaron a la mitad por la falta de dinero, mi familia ya no quiere saber nada de mí a causa de esto hasta que consiga un buen trabajo, así que lo único que me queda es mi mísero trabajo, y mi grupo de amigos, o mi familia; Yoongi, Hoseok, Jimin, Tae, Jungkook y Jin. Este último se ofreció a ayudarme con mi trabajo, mis estudios y mi familia biológica, pero me negué. No podía permitir que se preocupara por cosas que no tienen nada que ver con él. Es mi lucha, no quiero que más gente salga mal a mi causa, y mucho menos él.
Numerosas veces me he excedido en el trabajo, han tenido que venir a ayudarme sin pedir dinero a cambio sino mi descanso. En incontables ocasiones he caído al suelo desmayado por hambre o cansancio, pero siempre que levantaba la cabeza, estaba él con una sonrisa radiante, alargando la mano para que yo me pudiera levantar mientras que la otra tenía una hamburguesa que me traía. Su rostro iluminado con algo tan cutre como lo eran las luces de la gasolinera era perfecto, y más cuando llegaba comiéndose un chicle o algo por el estilo. Siempre terminaba levantándome por verlo sonreír, porque su labios dibujando una mueca de satisfacción me daba más esperanza de vida.
Mis sueños también eran peculiares. Siempre soñaba con flores, pero no todo eran rosas, y si lo eran, las espinas eran más grandes que la propia flor. Siempre que cogía el ramo, terminaba con las manos envueltas de sangre, arrodillado en el suelo, y por alguna razón gritando 'No te vayas'... ¿Que no se vaya? ¿Quién no se va a ir? ¿Él? ¿Quiere irse de mi lado? Despertaba sudando, sentándome rápidamente en la cama. Recuerdo una vez que desperté de aquella forma, pero al sentarme, choqué la cabeza con Jimin, quien estaba embobado mirándome sufrir mientras dormía. Me dijo que estaba intentando despertarme porque ese día iban a hacer una barbacoa y claramente yo no podía faltar.
El tiempo pasó, y creo que jamás he deseado tanto algo como que se detuviera en cierto punto. Los siete mostrábamos sonrisas, y aunque cada uno tenía una lucha y cosas escondidas de otros, vernos de aquella forma, aquella noche bajo las estrellas, riendo cuando jugábamos con las bengalas corriendo de un lado hacia otro, era probablemente el mejor recuerdo de toda mi vida.
El cielo no suele estar nublado y con tormenta, pero después de esa noche, todo cambió y pasó a ser un huracán eléctrico que me arrebató todo, todo menos Jin. Al menos él estaba conmigo.
Decidió ''vivir'' conmigo, pues solamente iba a su casa a dormir para dejarme descansar. Los sueños continuaban, empeoraban, me despertaba llorando, gritando de dolor, pero jamás supe el motivo.
Un día, mientras me vestía, alguien picó a la puerta. Sabiendo que era Jin, fue corriendo a abrirle. Nos recibimos con una gran sonrisa los dos. Me tomó de la muñeca y me llevó a su apartamento, ordenándome que no dijera nada en todo el camino.
Ese día lo pasé de maravilla, tanto que me quedé a dormir a su habitación, pero... algo... algo pasó después. Eran las 3:21 de la mañana. Yo estaba durmiendo en la cama de Jin, a su lado, aunque minutos antes se había despertado para ir al baño. Miré el reloj. 3:24. 3:29. 3:37. ¿Le había pasado algo? Me levanté medio dormido para ir a buscarlo, encendiendo las luces porque no veía absolutamente nada, y me paré frente a la puerta del baño, tocándola lentamente. Silencio. - ¿Jin?- Silencio. -... ¿Estás bien?- Sin respuesta.- Kim SeokJin, llamando a Kim SeokJin.- Dije riéndome, pues por mi mente se cruzó el hecho de que podría haberse quedado allí durmiendo. Levanté la mano siguiendo con mis tonterías mientras abría la puerta.
Mi mundo se cayó en pedazos. No tenía palabras. No podía moverme, ni siquiera solté la manivela de la puerta. Me quedé mirando, en silencio, paralizado, dejando que las lágrimas cayeran y recorrieran mi rostro. Golpeé la puerta con fuerza, porque si aquello era una broma, no hacía ninguna gracia, pero Jin no se movió. Jin estaba hundido en la bañera repleta de agua que desbordaba, con los ojos cerrados y la boca abierta. No había tiempo de reacción, y menos reacción al instante, pero en cuanto pude, lo saqué de allí llamando a la ambulancia.
Demasiado tarde. Kim SeokJin murió segundos antes de que Namjoon le sacara del agua.
Nombre: Kim SeokJin
Edad: 24 años
Día de fallecimiento: 12 de septiembre.
Causa del fallecimiento: Agua en los pulmones.
Más: Cicatrices en las piernas y brazos de cortes profundos, posible depresión.