¡¿Tan pronto es el Día Blanco?! Los chicos del Shinsengumi tienen algo que confesar, ¿Tu corazón está listo?
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➤Libro publicado el 01 de m...
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❝Mi valentía termina donde comienza el valle de tus ojos❞
『 °*• ❀ •*°』
El día tan esperado por todos los hombres del Shinsengumi se estaba acercando a pasos agigantados. De un momento a otro lo único que se podía escuchar en todas partes eran esas charlas donde evocaban su emoción por recibir algo el catorce de febrero, por conocer la verdad tras los sonrojos de las chicas a las cuales querían.
Podían ser hombres ya mayores, pero nadie dijo que un simple número y unos años apagarían la emoción que tal día como el catorce de febrero levantaba en sus corazones. Algunos incluso habían esperado tal fecha para pedir la mano de su pareja y otros, para tener su primera vez de la mejor forma romántica que había para ese entonces. Simplemente la emoción era lo único que se respiraba en los horarios para comer, cuando en distintas habitaciones los hombres se juntaban a compartir un buen rato, mientras que otros salían a patrullar las calles.
De extremo a extremo, los pasillos eran inundados por comentarios llenos de ilusión y amor. Ya no podían esperar mucho.
La única chica que se encontraba instalada en el recinto dio sus últimos retoques a la comida que ella misma había preparado con ayuda de Souji. Colocó los platos y brindándole una media sonrisa al castaño, ambos se dirigieron al espacio donde más de un amigo ya les estaba esperando listo para devorar sin remordimiento. Todos adoraban la comida de la joven, supieron que habían tomado la mejor decisión de acogerla bajo su techo, pero lo que Saitou, el hombre con el rostro más calmo de todo el lugar, pensaba era mucho más distinto y pesado.
—Esos muchachos —quejó Okita entrando a la habitación en donde varios, entre ellos Saitou, le esperaban para comenzar a comer. Tomó asiento al frente de joven de cabellos azules mientras lanzaba un pronunciado suspiro, quizá de frustración—. Lo único que hacen es parlotear sobre el catorce de febrero. ¿Cuántos años tienen? ¿Doce? Si la gente de afuera supiera lo inmaduros que algunos aquí pueden llegar a ser, nos perderían el poco respeto que ya de por sí nos tienen.
Nadie respondió al momento. Algunos como Hijikata se limitaron a asentir con los ojos cerrados y beber parcamente del té que la joven estaba sirviendo. Mientras que por parte de Heisuke y Shinpachi un color rosado los invadió completamente en el rostro; Era bastante obvio que ellos eran de esos tipos emocionados más por los regalos que por entregar su corazón.
Durante aquel momento incómodo que fue levantado por el comentario de Okita, la jovencita de hebras castañas comenzó a repartir los platos con aquella agraciada y delicada forma que siempre atrapaba la atención taciturna de Saitou. Le pasó el suyo al joven, quien agradeció con un tímido asentimiento y callado comenzó a devorar, intentando ocultar la felicidad que ese plato de comida le infundía al rozar con sus papilas gustativas. Observarla para él era como deleitarse por la mañana con el bello florecer de los cerezos tras haber estado dormidos tanto tiempo.
