Nuestro final

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Nuestro final

12 de Julio 2017

-¡ARRANCAN!- gritó Matías y los cuatro empezamos la carrera hacia el lago.

En la bicicleta no era tan malo, estaba en segundo lugar detrás de mi hermano (obvio él estaba ganando) y no me causaba molestia, cuando el ganaba, sentía que ganábamos los dos... ¿muy cursi? Chon estaba atrás de mí lanzando las papas a Paco para que se cayera de su bicicleta. Puedo escuchar todavía el sonido de las papas volar por el aire y chocar contra el voluptuoso cuerpo de mi amigo. Chon no paraba de reír.

– ¡Te dije que servirían como torpedos Paco!- Chon parecía un maniaco rabioso mientras se reía, se le salía la baba y eso me estaba matando de la risa.

-Ya (papa chocando en su hombro) para (papa chocando en su pecho) con tus (papa chocando en su mano) torpe... (papa chocando en su cara). Paco se cayó antes de terminar la frase y todos paramos, nos caímos de la bici a propósito y empezamos a reír (no mojé mis pantalones).

Paco tenía el ojo morado tras la papa-torpedo que azotó en su cara y eso nos hizo volver a caernos para reír un rato más (ahora si mojé mis pantalones). –No quería darte en la cara amigo, ¿tu mamá se va a enojar?- dijo Chon mientras tomaba aire para no volverse a reír. Al escuchar la palabra "mamá", Paco cambió su cara y se puso serio, su madre trabajaba dentro del cuerpo de policías y era demasiado estricta con mi amigo. –Olvídenlo, ya casi llegamos al lago- comentó mientras levantaba su bici y se subía los pantalones que se le habían bajado al caerse de la bici. Vi a Matías, quería decirle algo a Paco pero mejor se quedó callado. Mi hermano siempre ha tenido gran habilidad con las palabras, consuelan al primer momento de escucharlas, pero también sabe cuándo guardar silencio para no empeorar la situación. Yo una vez quise ayudar a una pequeña vecina que estaba enterrando a su pez y lo único que logré fue que entrara a su casa berreando después de haberme aventado la caja donde yacía el pez sin vida, fue bastante penoso.

Llegamos después de una eternidad al río, ¡era nuestro día de suerte!, estaba completamente solo y eso nos daba el derecho de jugar a nuestras anchas sin señores enojándose por las olas que Paco hacía tras echarse unos súper clavados que llamaba "la bomba". Dejamos las bicicletas apoyadas en un árbol junto con nuestras mochilas, nos quitamos las playeras y nos empezamos a meter al lago.

-¡El ultimo que llegue a la boya es un cara de culo!- ladró Paco mientras se metía al agua esperando que fuera suficiente ventaja para que no fuera (como siempre) el último en llegar a la boya. Paco era un niño rellenito como su padre, tenía el cabello rubio y la piel demasiado transparente. Él y sus padres vivían en la misma calle que nosotros pero se mudaron a un mejor vecindario cuando ganaron la lotería, ¿increíble no?, uno pensaría que esas cosas no pasan, ¡¡pero si pasan!! Y le pasó a mi gordo y querido amigo.

Chon sacó de su mochila otros lentes que parecían googles para estar en el agua y guardó cuidadosamente los de armazón en un estuche que parecía bastante costoso y los metió al final de su mochila.

–Empieza a nadar gordo, ¡¡ni esa ventaja hará que ganes esta vez!!- le gritó a Paco mientras empezaba a correr entre las piedras hacia el agua ¡y se incorporó cual sirena!. Chon siempre ha sido de los mejores para nadar y para armar cosas, es bastante nerd y lo admiro por eso. Chon tenía cabello negro ultra rizado, le gustaba tenerlo largo porque pensaba que le daba estilo y solía amarrárselo con una liga. Mati y yo lo conocimos en la escuela cuando íbamos en 4to de primaria y decidimos unirlo a nuestro club cuando le puso al profesor de matemáticas polvo pica pica en su silla, la risa no paró en todo el salón mientras el profesor brincaba por todos lados rascándose las nachas (ese día ultra mojé mis pantalones).

-La ventaja es la que yo les estoy dando a esos bobos- susurró Mati con una sonrisa de lado mientras se estiraba y miraba a los otros a medio camino, nadie le podía ganar a mi hermano en el agua. Caminó con toda la tranquilidad del mundo hasta que el agua tocó sus rodillas y se lanzó con la mejor técnica al agua, empezó a dar brazadas y en menos de 30 segundos ya había alcanzado a Paco (obvio) y estaba por alcanzar a Chon.

Yo mientras admiraba el panorama, lo que me caracteriza aun es que soy sumamente sentimental, lloro cuando veo películas de animales o cuando se enfermaba mi hermano. Me gustaba dibujar mientras estoy en el gran bosque. Me gustaba admirar la naturaleza y era justo lo que estaba haciendo, admirando el lago, admirando la soledad de los alrededores y admirando lo que sería mi gran tormento... La roca más grande donde iniciaría nuestro final.

El día en que todos volvieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora