CAPITULO I. "el encuentro"

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El día era muy soleado, con fuertes brisas y con un ambiente de paz y tranquilidad en la ciudad de Madrid, o así parecía.
Porque dentro del aeropuerto, era todo diferente, largas filas de personas revisando sus vuelos, quejándose por el mal servicio, otras comprando algo para comer después de sus largos vuelos e incluso en el baño era un completo desastre.
Toda esta tragedia era lo que le esperaba a Max al bajar de su avión. Pero eso a el no le importaba, para él lo único importante era regresar a casa con su madre y su hermano mayor que había pasado más de un año que no los veía porque se encontraba en Londres viviendo con su padre.
Max siempre fue un joven bastante interesado en el bienestar y felicidad de su familia, ya que desde pequeño el era el menor de los dos hermanos y le daban más atención, tiempo e incluso sus padres lo cuidaban demasiado, llegando ser muy posesivos con él.
A pesar de tener 17 años de edad, tenía una inteligencia y capacidad para afrontar los problemas con madurez y sabiduría, aunque su orgullo a veces lo sobrepasaba y lo volvía un poco problemático porque no se dejaba intimidar de nada ni de nadie y no le agradaba ningún tipo de injusticias lo que lo hacia una persona valiente y decidida y difícil de intimidar.
Existían momentos que se sentía intimidado por su padre ya que desde pequeño le inculco que una persona no solo se define por su capacidad intelectual sino también por su habilidad para defenderse,
Desde que Max tenía memoria su padre lo ponía a practicar boxeo junto con su hermano para que aprendieran a cuidarse a sí mismos y no fuesen maltratados ni humillados por ninguna persona.
Usar la fuerza bruta no era una opción de defensa para Max, él siempre decía que la palabra es el arma más poderosa del mundo y que solo en caso de vida o muerte o en que sienta que su familia o amigos está en problemas haría uso de esta.
Los minutos pasaban y por fin su vuelo había logrado descender en el aeropuerto, se bajó rápidamente del avión, no antes sin tomar sus maletas y los auriculares que dejo en su asiento. Se encontraba muy emocionado y feliz por volver a ver a su madre y hermano, así que se apresuró, tomo sus maletas y fue directamente en busca de un taxi o transporte para llevarlo a su casa. A medida que caminaba por el corredor una chica lo miro de reojo y quedo sorprendida con sus ojos de color miel que a pesar de usar gafas se distinguen muy bien, y le sonrió.
No era de dudar, Max no solo tenía unos lindos ojos sino también un cuerpo bastante ejercitado, de piel morena con un cabello medio largo de color negro que tapaba con su sombrero de lana de color café y unos labios bastante deseables para las chicas. A donde quiera que una chica lo veía quedaban admiradas por sus hermosos ojos y le daban cumplidos sobre ellos. Aun así, no se había percatado de ella por estar muy concentrado en tomar su transporte para ir con su familia, lo cual ignoro y siguió su camino.

Con gran animo Max descendía de las escaleras del aeropuerto para ir en busca de un taxi, cuando al bajar de ellas recibió un mensaje en su teléfono que tenia en la parte de atrás del bolsillo de su jean negro. Al girar para tomar el celular lo sorprende un chico que lo embiste tan fuerte que ambos caen en el suelo junto con las maletas de Max.
-pero ¿qué rayos te pasa? ¿Acaso no puedes ver por dónde caminas? – dijo Max muy molesto
-de verdad lo siento mucho, no quise hacerte daño. No fue mi intención- dijo el chico que se tropezó con el mientras se levantaba
El misterioso chico quien al parecer era muy guapo, tenía una linda sonrisa, ojos azules profundos, con un cabello corto pero sexi y un cuerpo muy ejercitado que se notaba por el buzo que llevaba sobresaliendo sus fuertes y tonificados brazos y buen abdomen. Con una piel blanca y lindos labios rojos. Parecía ser un modelo de revista de moda muy famosa y popular; pero eso no le importaba a Max porque enserio estaba furioso con él por lo sucedido.

-¡ven dame tu mano, te ayudare a levantarte¡- exclamo ofreciendo su mano para ayudar
Sin dudar Max agarro su mano porque se había golpeado fuerte al caer y casi no podía ponerse de pie. En cuanto ambos se tomaron de la mano sintieron una sensación que no se podía describir, sentían como una corriente que invadía todo los lugares de su cuerpo lo cual causo que ambos se quedaran viendo fijamente por unos segundos agarrados de la mano.
-¡mírame! No solo me tiraste al suelo, sino que vaciaste tu agua en mi camisa. Eres una molestia- dijo muy enojado soltando su mano al ver que se suéter estaba muy empapado
-Y mis gafas ¿Dónde están? – pregunto Max aun enojado
- aquí están y enserio lo siento- se disculpaba el chico mientras las recogía del suelo
Tomo las gafas las limpio con un pañuelo que tenía en su bolsillo derecho revisando si no estaban rotas y se las puso lentamente y con delicadeza en su rostro estando muy cerca uno del otro como si se fueran a besar.
Ambos con sentimientos diferentes, Max con rabia y el chico lindo con una mirada de amor hacia el que le permitía no quitarle la vista de encima
¿Qué te pasa? Porque me estas mirando así. Y porque tus mejillas están rojas. ¿Estás enfermo o qué? pregunto Max mientras se alejaba de él y se ponía a recoger sus maletas que aún estaban tiradas en el piso

Un Amor InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora