Compendio

12. Sugerente

Si Kongpob era coqueto antes, ahora era francamente sugerente.

Arthit había ido inocentemente al gimnasio como siempre. Y de ninguna manera esperaba encontrar a Kongpob allí. Pero ahora que lo encontró, no se quejaría. De hecho, disfrutaría de su entrenamiento allí.

Él eligió un lugar con una bonita vista de Kongpob, y comenzó su rutina.

Pero lo que Kongpob hizo a continuación, hizo que los ojos de Arthit se agrandaran.

Kongpob se detuvo por un momento, se quitó la camisa y continuó haciendo pesas.

Arthit estaría mintiendo si dijera que nunca fantaseó con Kongpob. Pero lo que vio fue mucho mejor que sus fantasías.

Y ni siquiera le tomó un minuto a la mente de Arthit meterse en la cuneta.

Horrorizado por la posible humillación, Arthit salió rápidamente del gimnasio, sin darse cuenta de la risa Kongpob.

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Desde que Kongpob comenzó su rutina diaria y divertida de burlarse de Arthit, nunca tuvo un día tranquilo.

Como ahora, Arthit estaba cenando cuando sintió una mirara en él.

Levantó la vista para ver a Kongpob sorbiendo sus fideos pecaminosamente y observando a Arthit con atención.

Arthit se atragantó con la cena. Si eso no fue sugerente, entonces Dios sabe lo que fue.

Intentó terminar su cena pronto. Pero no podía mantener sus ojos lejos de Kongpob. Y cada vez que levantaba la vista, veía a Kongpob comiendo su comida de manera muy seductora.

Y la mente de Arthit se llenó de inmediato con ... imágenes. Si no se daba prisa, seguramente le sangrará la nariz.

Esta vez cuando levantó la vista, fue un gran error. Porque Kongpob se estaba lamiendo los labios.

Arthit se levantó rápidamente y se fue. Esto fue demasiado para su débil corazón, en un lugar público. Pero no le importaría si fuera en un espacio personal.

Huyó tan rápido como pudo. El pobre Arthit no podía decidir si debería estar enojado o feliz por eso.