Compendio

8. Virtuoso

No había dudas al respecto, Kongpob era una persona virtuosa. Tanto que Arthit a menudo se preguntaba si era una fortaleza o un defecto.

Y este atributo suyo le dio otro atributo a Kongpob. Ser heroico. Simplemente no sabe cómo comprometerse.

El mundo solo estaba bien o mal para él. Nada era gris y tiene una voluntad tan fuerte al respecto, que a menudo se mete en problemas. Con aparentemente cualquiera. Seniors, juniors, compañeros de clase, demonios, incluso maestros. Tu dilo.

Y fue por su hábito suyo que fue golpeado gravemente hace unas semanas. Y Arthit está seguro, esta no era la primera vez y tampoco la última vez que iba a suceder.

Y hace que Arthit se preocupe. Mucho. Tanto que cree que obtendrá sus primeras canas.

Al igual que ayer, vio a Kongpob defendiendo a un grupo de estudiantes de primer año contra algunos seniors, que probablemente los estaban molestando.

¡¡Oh vamos Kongpob!! Es bueno ayudar a otros, pero no siempre. Necesitan aprender a defenderse por sí mismos.

Afortunadamente, Arthit vio esto y envió a un maestro, de esa manera rompió la confrontación entre ellos.

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Kongpob no fue calificado como un alborotador por nada. Porque de vez en cuando, con frecuencia, Kongpob se metía en problemas.

Arthit estaba cenando en su lugar habitual, cuando comenzó una conmoción. Y a juzgar por su aspecto, era una pelea de enamorados.

Pero el chico resultó ser bastante violento. Ahora, a pesar de que Arthit nunca interfirió en los asuntos ajenos. Esto también estaba más allá de su nivel de tolerancia. Se levantó para detenerlo.

Pero, como si fuera una señal, Kongpob entró, y siendo el virtuoso y heroico que es, interrumpió la pelea y recibió un golpe a cambio.

Pero aun así se las arregló para sonreír encantadoramente a la chica, que quedó totalmente enamorada de él.

Por supuesto, Arthit resopló.

Arthit observó mientras Kongpob se sentaba y la niña se ofreció a revisar su moretón.

¡No no no no! Arthit entró en pánico e involuntariamente, se les acercó.

Se ofreció a ayudar y envió a la niña lejos.

Y a pesar de que estaba todo tranquilo afuera, estaba volviéndose loco por dentro.

Con manos temblorosas le tocó la cara y le aplicó hielo. Podía morir feliz ahora.

Pero Kongpob hizo una mueca y Arthit inmediatamente retiró la mano.

No le gustó, ni un poco, que su Kongpob tuviera dolor.

Pero Kongpob aún logró mostrarle una sonrisa.

Arthit decidió que, cuando estén juntos, le enseñará a Kongpob el acto de compromiso. Claro, Kongpob puede seguir siendo virtuoso, pero Arthit quería estar allí para calmar la situación él mismo.

Y se dio cuenta de una cosa más. Que quería cuidar mucho a Kongpob. Tanto que quería estar allí para protegerlo o atenderlo, o simplemente estar con él.

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