Ella debió de haber estado ahí, pero no. En su lugar sólo había una sábana revuelta y los pedazos del corazón destruido.
Ella debió de haber estado ahí, pero no lo estaba, y hacia falta.
Las sábanas rojas que habían sido testigos de su amor ahora estaban en la lavadora, eliminando la última prueba de su noche maravillosa. Ahora en su lugar había sábanas azules, aburridas sábanas azules que combinaban con toda la decoración del departamento; no como las rojas, que daban color al lugar, justo como ella lo hacía.
Tampoco estaban las velas, se las había llevado. Las pruebas del incienso habían sido eliminadas de la habitación. Y el aroma ahora era fresco, no se respiraba vainilla ahora, sólo el mismo olor de todos los días. El olor de las sábanas, el olor de las almohadas, el olor de la alfombra, el olor que siempre estaba y que sólo una noche de había perdido. Ya no había prueba de su noche, salvó una.
Jennie aún olía a ella, aún olía a pasión y a amor, aún olía a Lisa.
Había luchado contra la idea de bañarse, pero voltear a ver la soledad que había a su alrededor la habían casi obligado a hacerlo. Ver esas sábanas azules y respirar el olor de siempre la habían casi obligado a tomar la ducha para eliminar las huellas en su piel.
Probó casi todos los trucos que encontró en internet toda la mañana, de alguna manera esas marcas en su cuello eran la última prueba de que ella había estado ahí, de que la había hecho feliz. El color de los chupetones disminuyó, pero no se esfumó del todo, siendo el maquillaje su última opción.
Intentó llamarla para preguntarle porque se había ido, pero la mandaba directamente al buzón. Envió varios mensajes, y ninguno fue respondido. Ella se había ido.
Jennie había sido una más, otra chica más con la que la fotógrafa se había divertido. No estaba molesta, no la odiaba y mucho menos quería vengarse o dañarla, Jennie estaba herida.
Tal vez era lo mejor, tal vez en realidad la castaña no pertenecía a la vida de la fotógrafa, fue impulsivo y estúpido creer que lo que había sucedido con Lisa era real y profundo, a penas la había conocido por unos días y ya se sentía así. Su mente llegó a la conclusión de que aquí había sido, un impulso. Querer experimentar antes de casarse con Kai.
Kai.
El pobre hombre no se merecía lo que había hecho. Lo había engañado con una mujer que no llevaba ni una semana de conocer, se había acostado con ella cuando antes no lo había hecho con nadie. Había preferido a esa mujer antes que al hombre con el que había estado desde hace tanto tiempo, el hombre que la estaba esperando a que ella estuviera lista.
Había destruido su relación.
Antes, cuando Lisa había estado en su cama, cuando le cantaba la canción más hermosa en el mundo según la modelo, había querido romper de inmediato su compromiso; ahora, cuando Lisa se había marchado sin decir una palabra, cuando descubrió que sólo era otro amor de cama más, ahora sólo quería aferrarse al hombre que había estado con ella siempre, ahora sólo quería no sentirse sola y usada.
La puerta del departamento se abrió lentamente. Jennie observó desde la barra de la cocina a su novio entrando con una maleta negra en la mano. Antes de que él pudiera encontrarla, la modelo dejo escapar un fuerte suspiro y esbozó una sonrisa en su rostro, la más falsa y dolorosa que había hecho en toda su vida.
-Hola amor-. Dijo Kai en cuanto encontró a su novia en la cocina con una taza de café en la mano.
Jennie dejó la taza sobre la barra y se puso de pie, abrazó a Kai con fuerza. Aferrando su cuerpo con el de él como no lo había hecho nunca. Estaba dañada, y él era lo único que tenía en ese momento. No podía perder a la única persona que le hacía compañía. No quería sentirse sola.
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With Me (JENLISA)
FanfictionCon solo 21 años de edad, Lisa Manoban, es una de las mejores fotógrafas del país. Vive su vida creyendo que tiene todo lo necesario para ser feliz, hasta que aparece una nueva modelo que está en un punto de estremecer su mundo. •Créditos a la escri...