Dos meses, ya han pasado dos meses y no has escrito, lo único que se de ti es gracias a las fotos que tú hermano público en Instagram, y aunque en ellas te ves bien y feliz, no puedo evitar preguntarme, ¿realmente estás bien?, la incertidumbre es la única respuesta que consigo. No respondes mis mensajes y ya no sé qué pensar, Pero bueno, no voy a ser tan pesimista, sigues viva y eso es lo que cuenta, esa es la frase que repito cada que no puedo dormir, se ha vuelto un mantra para mí estos últimos meses.