ACORRALADA

Capítulo 4

*Capítulo 4*

La rapidez con la que había recogido todas las fotografías las cuales guardé junto con un poco de ropa, había superado cualquier situación de mi vida, ahora me encontraba de vuelta en la calle, caminando apresurada para tomar un taxi y dirigirme a la casa de la única persona en la que podía confiar.

La paranoia que experimentaba me hacía voltear repetidamente en todas las direcciones, en busca de una persona que me estuviese observando también, la lluvia ya había cesado y todas las personas que se ocultaban para no mojarse, también caminaban apresuradas para llegar a su destino y el bullicio solo me hacia sentir más insegura.

Tomé el primer taxi que pude y luego de darle la dirección se calmaron un poco mis nervios, aproveché el tiempo de comodidad  y sostuve en mis piernas la jaula de mi gato mientras éste se removía incómodo.

Solté un suspiro profundo  mientras observaba la ventana y la ciudad empapada, decidí no pensar en nada hasta llegar, de reojo podía notar una mirada sobre mi, de esas que te cargan un peso encima.

Alce mi vista y noté que el conductor me miraba por el espejo retrovisor, en cuando nuestras miradas chocaron no se inmutó, seguía mirándome sin expresión alguna, ni siquiera miraba el camino, me removí en el asiento y carraspe la garganta para cortar el silencio.

- ¿Se encuentra bien? - preguntó de pronto.

Solo asentí, no quería entablar una conversación con ningún extraño y sabía que me miraba por el espejo aún.

- ¿Esta segura? - volvió a preguntar, de pronto empecé a sentir que faltaba el aire dentro del taxi, me sentía vulnerable y atacada con tantas preguntas, yo siempre fui invisible ante los ojos de los demás, mi timidez me enseñó a no llamar la atención y hoy había cambiado eso por una extraña razón, tenía miedo de que fuese el taxista quien me acosaba, y si así fuese ¿Quien era este tipo? Yo jamás lo había visto.

- si - dije está vez dudosa, mi voz se escuchaba temblorosa y frágil.

Solo hubo silencio de su parte y yo lo agradecí, ya estaba pensando cómo saltar del taxi si hacía un movimiento raro.

- llegamos - dijo sacándome de mis pensamientos.

Pagué y sin decir más nada salí con los nervios a flor de piel.

- cuídese señorita - le escuché decir apenas arrancó el automóvil y todos los vellos de mi cuerpo se erizaron.

Corrí hasta la casa de mi amiga y una vez que estuve frente a su casa toque el timbre y espere paciente una respuesta.

....

Minutos después.

- ¡Joder Sofía! - paso sus manos por su cabello una vez más. - ¿En que mierda te has metido? - me miró reprobatoriamente

Yuli podía ser demasiado sincera en ocasiones.

- te juro que en nada - suspiré después de contarle todos los detalles de lo que me había ocurrido.

- bueno ya que, a ver las fotos - fue directo al grano.

- tomé el bolso y vacíe todas las fotografías en su cama.

Otra vez volvió el sentimiento de terror.