Beatriz una chica joven de 23 años la cual tras recibir la noticia de que esta enferma de cáncer queda debastada y sin animos para seguir la vida.
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Después de las quimioterapias tenía que quedarme en en hospital por lo que no tendría que hacer el recorrido para volver a mi casa. Es impresionante lo cansada que me sentía después de esta día aunque realmente no había hecho mucho. La cena del hospital llegó y con ella también entró Macie la enfermera.
- ¿Cómo te sientes Beatriz? -me pregunto de una forma calmada-
- Un poco cansada -respondí con un tono de voz un poco suave-
- Bien, eso es normal -me informo con una pequeña sonrisa- ¿Como ha ido hoy tú primera sesión?
- Bien supongo -le dije devolviéndole la sonrisa-
- Muy bien Beatriz, te voy a dejar descansar pero si necesitas algo solo presiona el botón rojo de ahí -me lo señalo para después darse la vuelta
- Bea -le dije antes de que lograra salir por la puerta a lo que ella volteó a verme- Llámame Bea -le repetí-
- Descansa Bea -me dijo con una sonrisa para luego salir por la puerta-
Me acosté en la cama tenía muchas cosas que hacer antes de que fuera demasiado tarde, no sabía si sobreviviría o no así que tenía que aprovechar hasta mi último suspiro para hacer que mi vida fuera un poco más memorable y menos miserable.
Millones de ideas se empezaron a formular en mi cabeza, pero antes de que pudiera anotarlas mi mente se apagó y me quede dormida.
La mañana siguiente me desperté algo temprano y me dirigí al supermercado para comprar algunas cosas, ya que hoy empezaría a hacer todas las cosas que se me ocurrieron ayer.
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- Harina, huevos, leche -dije revisando si había comprado lo necesario y en efecto lo había hecho- Bien -dije con una sonrisa dispuesta a empezar-
Luego de asegurarme de seguir todos los pasos de la receta al pie de la letra al término de una hora tenía un pastel perfectamente horneado, pensé mucho en la decoración ya que en jamás había hecho algo así.
No lograba decidir entre un pastel rojo o uno azul, así que decido hacer decorarlo con los dos colores, luego le puse muchas chispas de colores y para el toque final le escribí con verde "Sala 8 de oncología". Al llegar al hospital con el pastel Lucy fue la primera en verlo su cara reflejaba asombro.
- Hola cariño -me saludo alegremente-
- Hola Lucy -le respondí-
- No sabía que alguien cumplía años hoy -me dijo sorprendida-
- Oooh no yo hice este pastel solo porque me apetecía -le expliqué-
- Así que tú lo hiciste -me dijo asombrada-
- Completamente hecho por mi -dije orgullosa de haber horneado aquel pastel-
