Capitulo 7

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Carlota está dispuesta a arruinarle la vida a su hermana. Y tiene un el plan perfecto.

C: no serás feliz con él, ni con nadie

Un Mes Después

Macarena y Eugenio se habían visto muchas veces, él la acompañaba  a misa en algunas ocasiones, con paloma y Gabriel iban a cenar, o simplemente caminaban mientras conversaban. Ambos se sentían bien estando juntos, se divertían y platicaban sobre muchas cosas. Carlota obviamente no dejaba de molestar a su hermana. Macarena había tomado mucho valor para enfrentar a su hermana y ya no le tenía miedo. Ella había decidido darse la oportunidad de iniciar una amistad con él y de dejarse llevar por lo que la vida le tuviera preparado.

En un día común, Eugenio la invitó a comer y ella aceptó encantada. Salían del restaurante:

M: porque dices eso? -decia divertida-
E: eso pienso... Quieres ir a caminar o prefieres que te lleve a tu casa?
M: preferiría ir a mi casa, estos últimos días me he sentido un poco cansada

Subieron a su auto y condujo hacia la casa de Macarena:

*En el Auto*

E: debería llegarte al médico
M: no es tan grave, solo estoy cansada
E: insisto -decia preocupado- no es normal macarena
M: debe ser el medicamento, en dos semanas tengo cita médica
E: dos semanas es mucho tiempo
M: no te preocupes Eugenio estaré bien

Llegaron a casa de Macarena pero aún no bajaban del auto, ambos se quitaron el cinturon de seguridad:

E: gracias por haber aceptado comer conmigo, ahora que Gabriel tuvo que salir del pueblo, no quería comer solo
M: si quisieras podrías venir a comer aquí -refiriendose a su casa-
E: tu sabes porque no lo hago
M: lo sé -ella sabía que era por carlota-
E: -la tomo de la mano- sé que, lo nuestro es solo amistad... -ella lo miraba atenta- pero... Me muero por... Por besarte macarena

Se acercó despacio a ella y al ver que ella no se retiraba, se acercó hasta que sus narices se tocaron, ella cerró los ojos:

E: me muero por abrazarte -con sus manos acariciaba los brazos femeninos- cada vez que te tengo cerca lo único que quiero es estrecharte entre mis brazos, y cuando no nos vemos lo único que quiero es sentir tu cuerpo, mirar tus bellos ojos, escuchar tu voz...
M: Eugenio?
E: dime hermosa
M: besame, solo besame

No tuvo que pedirlo de nuevo, Eugenio la beso y ella correspondió era un beso suave, macarena posó una de sus manos en la mejilla de Eugenio. Ese beso estaba cargado de necesidad. Estuvieron así por varios minutos solo besandose, en ningún momento dejo de ser un beso suave y tierno, sus bocas unidas disfrutando del sabor de sus labios. Hasta que necesitaron respirar:

E: -pego su frente a la de ella, ambos con los ojos cerrados-
M: yo...
E: shh, no dijas nada macarena -se alejo un poco de ella y se miraron a los ojos-
M: tengo que hacerlo -segura de si misma, ya no era la macarena que se ponía muy nerviosa cuando estaba cerca de él- no sé que pasa, me gusta mucho estar contigo -él sonrió- me siento muy agusto, segura, protegida
E: -sus ojos se iluminaron y emboscó una gran sonrisa- te dijo algo, a mi me pasa lo mismo no dejo de pensar en ti desde el primer día en que te conocí, pero yo sí se lo que me pasa macarena, estoy... Perdidamente enamorado de ti
M: -sintio su corazón detenerse para latir con mucha fuerza- Eugenio
E: solo quiero que lo sepas... Y yo te voy a esperar el tiempo que tú necesites para saber que es lo que tú sientes por mí -tomo ambas manos de ella y las beso sin dejar de mirarla a los ojos- el tiempo que necesites
M: -ella pensó que ese hombre no podía ser más perfecto- gracias

Eugenio bajo del auto y le abrió la puerta a ella.

M: gracias por la comida
E: gracias a ti, hay algo que quiero preguntarte
M: sobre que?
E: me has dicho que te sientes bien cuando estamos juntos... Solo te gusta mi compañía? O también te gusto yo?
M: -ella rio-
E: tomaré esa risa como un tal vez si
M: -ella río porque Eugenio pareció un jovencito haciendole esa pregunta-
E: -estaba cerca uno de otro- está bien, no me lo dijas, hagamos algo -él sabía que macarena era un poco tímida y no estaba acostumbrada a hablar de esos temas con un hombre-
M: te escucho
E: antes de entrar a tu casa, yo cerraré los ojos y si tú me das un beso lo entenderé como un si, pero sino lo haces será un doloroso no -eugenio era un hombre serio pero muy ocurrente y divertido- que dices?
M: -ella sonrio- mm está bien
E: perfecto -cerro los ojos-
M: eso quiere decir que ya te vas?
E: no quisiera pero me urge saber eso -ella río-
M: -miro a Eugenio con los ojos cerrados y antes de entrar a su casa, se puso de puntitas y le dió un beso de piquito a Eugenio-
E: -él sonrió y cuando abrió los ojos ella está cerrando la entrada de la casa, y diciendo adiós con su mano, y él hizo lo mismo- te amo macarena -dijo en voz baja-

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