Capitulo 1

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  Despierto con la tenue luz de sol entrando por las ventanas, Rhys ya no se encuentra en la cama.

Ah...¿Rhys?.

  Espero un minuto, dos.

¿Cómo despertaste, mi Gran señora?- parecía reirse

Mmm...bien, ¿dónde te encuentras?

Tuve que hacer unas cosas, cuando salgas, abrigate, te congelaras hasta...

Bebé iliriano.

  Sentí su risa y no volvió a contestar.

  La primer clase de pintura la iba a dar...hasta ayer cuando después de la cena me sentí triste.

  Le pedí a Ressina si ella podría encargarse, di muchas disculpas hasta que fui echada del lugar.

  Cuanto tiempo había pasado, dos años...tal vez tres. Todavía no había resultados, sabía que era cuestión de tiempo, pero pasaba y pasaba, evitar sentirme desanimada era algo imposible. Muchas veces quise ocultarle a Rhysand, pero me conocía tan bien que no lo lograba. Entonces dejé de ocultarlo simplemente, el me entendía mejor que nadie.

  Otras ocasiones hablaba con Mor o simplemente enseñaba a los niños. Como manera de levantarme el ánimo.

  Hoy en particular no era el mejor de los días.
Quería un bebé, quería un bebé con Rhys. Me encontraba tan ansiosa en este tiempo que al ver los resultados me desanima completamente. Algunas veces no quiero siquiera pintar, más en esos días en que mi mente piensa lo que mostró el Bone Carver en mis visitas.

-Feyre.

   Volteo y encuentro a mi compañero, con cierta preocupación en su mirada.

-Feyre, es sólo cuestión de tiempo- dijo mientras se acercaba y me ofrecía una dulce sonrisa.

-Lo sé, no te preocupes- traté de que mis palabras fueran un poco más animadas.

   Rhys con toda su elegancia tomó un asiento cercano en la habitación. Ven.
   Sentada sobre él dijo: por supuesto que me preocupo.

-Se lo poco animada que estás, te siento Feyre, yo también deseo mucho esto.

Acaricio su rostro, contemplando cada parte, esos ojos tan brillosos.

  Lo sé, trataré de no pensar tan negativo. Sólo que es difícil. Pero intentaré mejor.

  Le sonrío sinceramente. Ya más contenta de que él esté aquí.

-Esa es mi chica.

Nuestro hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora