Capitulo 4

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El hombre de lentes los miraba con atención. Analizando los comportamientos de las dos personas que se encontraban frente a él. Tomó el bolígrafo que posaba sobre el formulario en blanco. Entonces preguntó:

-Caballeros, antes de comenzar necesito rellenar información respecto a ustedes. No se preocupen es solo cuestión de rutina. Señor Rogers ¿le gustaría comenzar?

Steve suspiró con desgano y habló:

-Mi nombre es Steven Grant Rogers, tengo 38 años de edad- dijo rascándose la nuca sintiéndose incómodo- Actualmente trabajo como abogado en un buffet.

El rubio se quedó en silencio sin saber qué más decir.

-Es un buen comienzo –dijo el doctor tomando nota. Luego de escribir lo necesario enfocó su vista en el otro hombre-ahora su turno señor Stark.

Sin embargo, el hombre de los lentes no tuvo respuesta alguna por parte del castaño. Steve miró a su esposo, quien se encontraba sentado lado suyo y con ambos brazos cruzados. Los dedos del rubio apretaron la silla de madera en la cual se encontraba. Comenzó a sentir un poco de molestia por la poca cooperación que ofrecía su esposo.

-Vamos señor Stark- dijo el hombre- cuéntenos un poco sobre usted.

El castaño suspiró con desagrado. Entonces habló:

-Soy Anthony Stark ¿Qué quiere qué más le diga?- preguntó el castaño de manera dura- esto no va a funcionar, doc.

-Es un proceso largo, señor Stark. No es de inmediato. Especialmente un caso como el suyo.

¿Caso como el suyo? Se preguntó Tony sintiéndose ligeramente atacado. Apretó las manos intentando controlar un poco la ira que comenzó a invadir su interior.

-¿A qué se refiere con un caso como el mío, doctor?- preguntó Tony.

Steve quien escuchaba a su esposo, le tomó la mano como un intento de tranquilizarlo. Un intento mas bien en vano. 

-Tony- dijo el rubio llamándole la atención.

-Es difícil aceptar la pérdida de un ser querido, señor Stark- dijo el doctor entrelazando sus manos y mirando fijamente al castaño- ¿le gustaría hablar sobre el tema?

Tony se levantó de la silla provocando un gran escándalo. Steve se limitó a agachar la mirada ante la explosiva reacción de su esposo.

-¿Sobre el tema? ¿La muerte de mi hijo es un tema de conversación para usted?-preguntó Tony indignado. Su voz se oía furiosa- ¿Qué quiere que le cuente? ¿el cómo murió mi hijo hace seis meses? ¿El cómo lo deje morir sin poder hacer nada?

-Entiendo su dolor, señor Stark.

-Cállese-dijo Tony apuntándole con el dedo- usted no tiene idea de cómo me siento. ¿Usted tiene hijos? ¿A usted se le ha muerto uno siquiera?

Luego de esas preguntas la sala se quedó en completo silencio, Steve apoyó sus dedos en su entrecejo buscando un poco de calma.

-Veo que no ¿verdad?- dijo el castaño acercándose hacia la puerta – yo no tengo nada que hacer aquí, Doctor.

Tony tomó la manilla de la puerta y abandonó la sala con un portazo. La incomodidad comenzó a albergar dentro del lugar. El doctor posó sus ojos en Steve quien no dejaba de observar la puerta por donde había salido su esposo.

-Propongo que las próximas sesiones sean separadas- dijo el psiquiatra tomando nota de lo que decía- le mantendré informado acerca de lo que hable con el señor Stark en ellas.

Viviendo con nuestro pesarWhere stories live. Discover now