Capitulo 5

320 34 5
                                    

Los ojos azules de Steve se pasearon por el rostro del psiquiatra, quien no parecía de buen humor. Las arrugas del hombre mayor se contraían al igual que su ceño fruncido. Nervioso e impaciente, Steve movió los pies esperando que el otro se dignara a hablar.

-¿Me dirá por qué me citó?–preguntó Steve sin mucho ánimo de hablar con el hombre- tengo trabajo pendiente.

-Es un asunto delicado, señor Rogers- dijo el hombre levantándose del escritorio- es sobre su marido.

-¿Tony? –Preguntó Steve abriendo un poco los ojos- ¿Qué sucede con Tony?

-Me temo que con su esposo no hay progreso- dijo el hombre paseándose por la habitación- usted está al tanto de que está en depresión ¿no?

- Lo sé- dijo el rubio mirando al doctor a los ojos- pero está en depresión como cualquier persona lo estaría ante una pérdida.

-Eso es cierto, pero eso ya pasó hace año y medio. Y temo a que esto ya no sea una depresión natural, sino una aflicción no resuelta.

-Mi esposo es fuerte- dijo Steve defendiendo a Tony- él solo está pasando por un mal momento, Doctor.

-Pero ha sido un momento muy largo, señor Rogers- dijo el hombre calvo sentándose en el escritorio- su esposo es incapaz de aceptar la muerte de Peter.

-¿Y qué me sugiere que haga?- preguntó el rubio no queriendo escuchar la posible respuesta que el doctor daría.

-Él necesita ayuda- dijo el hombre acercándose y mirando fijamente sus ojos.

Steve se sintió incómodo y alarmado ante la mirada cruda que el doctor le estaba dedicando.

-Ser internado en un sanatorio podría ser una buena opción.

-Mi esposo no está loco para ser internado- dijo Steve parándose de golpe- él no está enfermo.

-La depresión es una enfermedad, señor Rogers. Además, yo solo estoy proponiendo una opción para tratar la enfermedad de su esposo. Lo que está sintiendo su esposo va más allá de una depresión clínica.

-Debe haber otra manera.

-Otra opción sería una terapia electroconvulsiva.

Steve palideció, sintiendo como su corazón se detuvo pesadamente. No, definitivamente eso no era lo que estaba oyendo. El hombre estaba demente en considerar aquello como una opción. De pronto comenzó a tener miedo.

-Creo que sus sugerencias están siendo demasiado extremistas doctor. Jamás sometería a Tony a algo así.

-Puede que sean extremas, pero sirven.

-No, buscaré otra manera- dijo el rubio tomando su chaqueta del sofá que se encontraba ahí y se dirigió rápidamente hacia la salida- muchas gracias por su informarme todo esto, pero tendré que encontrar una  forma alternativa de ayudar a mi esposo en otra parte.  No necesitaré más de sus servicios.

-No tiene porque alterarse, señor Rogers. Solo es una opción.

-No quiero y no necesito esto para mi esposo. Yo sabré lo que es bueno para él.

Lo más seguro es que el doctor le hubiese dado más sugerencias pero no se quedó ahí para escucharlas. Su instinto le decía que tenía que salir de ahí en cuanto antes. Debió haber escuchado a Tony desde un principio. ¿Qué clase de incompetente propondría como solución un electroshock? su esposo no estaba tan mal para someterlo a esa clase de tratamiento.

Viviendo con nuestro pesarWhere stories live. Discover now