-Hola...
-Hola. – Una mujer rubia, vestida de policía, estaba parada frente a una Emily muy confundida.
- ¿Quién sos?
Emily elevó una ceja.
- ¿Disculpa?
-Te vi hablando con Lucas antes.
Emily la recordó fugazmente, era quien se acercaba cuando estaba hablando con su amigo. ¿Cómo había conseguido su número de departamento?
-Ajá... Qué te importa. – Quiso cerrarle la puerta en la cara, pero ella se interpuso.
-Te estoy haciendo una pregunta.
-No me interesa. – Emily la abrió nuevamente pero no la dejó dar un paso dentro. – No tengo idea de cómo llegaste a mi departamento, pero te tenés que ir.
Observó con atención el color de su aura, era de un rojo más tirando a borgoña. Oscuro, amenazante, perturbado.
Una persona peligrosa.
No lo había notado en el momento que ella se estaba acercando a ellos, quizá porque toda esa energía negativa la produjo el encuentro y las maquinaciones dentro de su cabeza. Seguramente sería la novia de Lucas, o su amante. Fuese como fuese, consideraba a Emily una amenaza y eso era peligroso para ella.
- ¿Quién sos y qué hacías con Lucas?
De pronto, su intercomunicador sonó.
- ¿Méndez estás ahí? Cambio.
Ella tomó el aparato en sus manos y tocando algún botón extraño, respondió llevándolo cerca de sus labios.
-Acá Méndez, ¿Qué pasa? Cambio.
-Todos te están buscando ¿Por qué te fuiste de tu puesto? Cambio.
Mirando a Emily de reojo, respondió.
-Vi a alguien de sospechoso y lo seguí para interrogarlo, ya estoy volviendo. Cambio.
La persona al otro lado no respondió más, Méndez se acercó unos pasos a Emily, pero ella no retrocedió. El aura roja la agobiaba de tal manera que la chica sentía ganas de salir corriendo, la mujer estaba muy enojada.
-No te quiero ver cerca de él otra vez... - Llevo una de sus manos a su arma, un intento de amenaza. - ¿Está claro?
Emily no quería asentir, sin embargo, se vio obligada a hacerlo. Estaba segura de que las cosas podían pasar a mayores si no colaboraba. Méndez se vio satisfecha con su respuesta no verbal y volteó para desaparecer dentro de uno de los ascensores. Tan pronto como pudo reaccionar, Emily cerró la puerta con fuerza y puso el seguro.
Los vivos le daban más miedo que los muertos porque, a pesar de no tener figuras espeluznantes, ellos podían dañar incluso con más facilidad que los espíritus.
- ¿Te vas a morir? ¿Querés que llame a una ambulancia?
-Esto no es gracioso, James. – Gruñó Emily con el corazón golpeándole el pecho.
- ¿Es tan peligrosa?
-Está loca. – Sentenció ella caminando hacia el cuarto de estar y, tomando su computadora, se sentó en el sofá. – Su aura es fuertísima, realmente estaba enojada, o celosa, o todo junto.
James se sentó a su lado, el mullido almohadón cedió sobre su peso. Aunque los fantasmas no eran de carne y hueso, estaban hechos de energía que se volvía más pesada y poderosa conforme pasaban los años.
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La Médium
ParanormalSuficiente. Siento que he tenido suficiente, sin embargo, no puedo detenerme. Después de mucho andar, he logrado aceptarme y aceptar esto con lo que he nacido, sin embargo... esta vez, por primera vez, me he sentido superada. "Ayúdala" Sé que ignora...