Un día mientras caminábamos por nuestro lugar favorito, sobre aquella estación de tren abandonada, sobre aquellos vagones llenos de secretos, polvorientos pero que nos importo un comino brincar sobre ellos y ensuciarnos, me dijiste que la vida por fin había escuchado tus lamentos, que tenernos era lo mejor que pudiese existir, que nunca nos íbamos a separar,te abracé fuertemente, ese tipo de momento que se detiene sólo para disfrutarlo más, por que podríamos tener una guerra frente a nuestros ojos, pero estando juntos, renacerá el amor.
Nos quedamos ahí, callados, el sol y la luna fueron testigos de nuestras promesas, de nuestro amor, de nuestros besos.
En mi corazón, ese lugar siempre será nuestro.
