Votre Chanteur Préféré

VI |Débuts, excuses et promesses|

•Debut, excusas y promesas•

Cientos de murmullos me rodeaban en la oscuridad, recostada sobre una superficie dura y fría con sólo un delgado vestido sucio; mi cabello tenía aspecto grasoso, aún castaño claro.

Estaba sola, con las voces ascendiendo y descendiendo a cada minuto de volumen.

No quería estar aquí. No de nuevo.

Lo único que podía hacer era encogerme en mi lugar abrazando mis piernas y llorar, porque, desgraciadamente, sabía que nadie vendría por mí. Comencé a tararear mi nana de cuna para tranquilizarme y no me detuve ni un segundo.

Quería a mi mamá, estar en mi cama y cubirme completamente con mis cobijas. La de lana era mi preferida.

Sentí algo frío en mi frente, y algunas otras voces murmurando mi nombre.

-...Ángel de música me guardas, dándome tu gloria...- sollocé.- Por favor, ayúdame.

Entre las voces se alzó una, fuerte, gloriosa. No era la voz de papá. Era la de alguien más.

Lara, Lara, yo soy tu Ángel de música, Lara... Lara...

-Lara, despierta, Lara.

Entre sollozos e hipos abrí los ojos.

Una mujer estaba frente a mí, su cabello caía alrededor de su cara, y tenía una voz muy bonita; la rodeaba un alo de luz y su cara era borrosa.

-¿Dónde... dónde estoy...?- a penas logré artícular.

-Tranquila linda. Todo está bien.- respondió acariciando mi mejilla con ternura, ante tal acto me acurruqué en su mano.

-¿Mamá? ¿Eres tú?- inisití.

La mujer se alejó de mí abruptamente, giró su cabeza y ahí estaba un hombre junto a ella, era grande, y al hablar sentí que ya conocía este lugar.

-Lara.- dijo él.- Lara, necesito que me digas que sucedió en ese palco. Por favor.

-¿Qué? ¿De qué habla?- una idea cruzó fugaz por mi mente.- Mamá, ¿desde cuándo jugamos con papá al Fantasma de la Ópera?

La mujer sentada junto a mí, quien creía era mi madre, se levantó y luego regresó pero se acercó a mi cara.

-Lara, yo no soy tu mamá. Soy Sierra, Sierra Boggess. ¿No me reconoces? ¿O a Ramin?

-¿Sierra?

Una lluvia de ideas cayó sobre mí cuando dijo quién era en realidad, fueron como sientos de Flash, imágenes de mí ensayando en un gran teatro, un hombre con máscara llamándome Christine. Mi debut.

-¡Sierra!- grité sobresaltandole.- ¿Qué pasó?

Mi visión volvió a su normalidad, y ahí estaban Ramin, Sierra, Webber y una mujer a la cuál no conocía.

-Tranquila, no te levantes. Sufriste un desmayo, a penas alcanzamos a encontrarte Ramin y yo. ¿No lo recuerdas?

Dejé de mirarla para intentar recordar. Había alguien más ahí.

-No lo sé.- mumuré, sintiéndome indefensa.

-Lara.- habló Ramin, de cuclillas a mi lado tomando mi mano.- Necesito que me expliques qué sucedió ahí. Por tu bien.

No podía decirle, no debía admitir que sentí al mismísimo Fantasma y que intentó asesinarme por ser tan curiosa.

-Fue... Tuve... Tuve un ataqué de ansiedad.- mentí, Ramin miró a la mujer desconocida, que imagino es la doctora del teatro.- Sí, los tengo a veces desde...