Parte 1

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Desde que tengo uso de razón ella está conmigo. Mis papás dicen que no la escuche, que es una mala influencia para mí, pero yo no lo veo así. Ella suele ser una persona muy negativa, no digo que yo sea positiva, sólo digo que no soy tan pesimista como ella.

Ambas vamos a la misma escuela, pero vamos a dos cursos distintos porque ella no pasó de año. En mi curso nadie me habla, solo la tengo a ella en los recreos. Normalmente después de la escuela ella me suele seguir a casa. Esto es algo que jamás me molestó. Lo único que me fastidia un poco de ella es que intente que yo no haga nada en el colegio, para que me quede más tiempo con ella. No logra comprender que no quiero estar más tiempo del que debo estar ahí dentro.

Si dejamos de lado esa pequeña diferencia, casi podría decir que somos iguales. Ambas tenemos el pelo de rojo desde siempre, aunque el de ella sea teñido. Siempre vamos vestidas de negro y hasta hemos llegado a usar la misma camiseta para ir a la escuela, debido a que nuestros gustos musicales son muy parecidos también. Si tuviera que buscar grandes  diferencias entre nosotras, diría que la mayor es que me gusta programar videojuegos y a ella le aburre el simple hecho de ver uno y que ella tiene los ojos azules y yo verdes. Hay mucha gente que dice que cuando dos personas se parecen mucho, llegado el momento ya no se soportan. En nuestro caso, en estos doce años desde que nos conocimos jamás tuvimos peleas mayores y no creo que eso vaya a pasar pronto.

Al llegar a casa grito que acabamos de llegar, igual que casi siempre no hay nadie. Voy hacia la cocina y le ofrezco a Raven algo de comer y tomar, ella rechaza lo que le quiero dar al igual que siempre. No sé para qué le sigo ofreciendo cosas, supongo que para que se coma lo que no me quiero comer yo. Es casi una rutina, ella me sigue a casa y después vamos a mi habitación. Si están mis papás les digo que comimos antes y como casi no me prestan atención, ni se fijan.

En este momento Raven está tirada en mi cama, últimamente está más callada, parece que estuviera más deprimida de lo normal. Es raro que no esté hablando, lo normal es que se ponga a criticar, sea tanto a una cosa o a la gente que tenemos cerca, se ve que hoy no tiene ganas de hacer nada. Le diría de ir al parque si no pareciera que está a punto de matar al que se le cruce. Tengo ganas de salir hoy, estoy cansada de estar encerrada, pero no la quiero dejar sola en casa. Yo la conozco lo suficiente como para saber qué es lo que va a hacer o por lo menos pensar hacer si está sola y yo no quiero que le pase nada. Ella no es solo mi mejor amiga, es la única persona que tengo.

Finalmente decido jugar en la computadora, cuando Raven me ve, se sienta en el borde de mi cama y me mira. De reojo la veo hacer muecas, como si me quisiera ayudar, pero no pudiera hablar. Es raro, pero parece que ella está intentando hablar y que no le saliera la voz al hacerlo. Por un segundo incluso pensé que tenía los auriculares puestos, por el hecho de verla modular pero no escucharla.

Por suerte estoy tan acostumbrada a sus gestos, que cuando se paró y se apoyó contra el ropero, un lugar en dónde podía verla mejor, logré entender qué era lo que me estaba diciendo que haga. Ella me guía por el juego como si yo jamás lo hubiese jugado, supongo que pasamos tanto tiempo juntas que ya llegó al punto de aprenderse mi juego de memoria, algo que supongo no le debe causar gracia.

Se siente tan raro pensar que es mi juego, pasé tanto tiempo programando sus algoritmos, diseñando los niveles, intentando hacer que se diferencie de otros juegos, tanto tiempo que ya Raven se lo aprendió, y eso que ella odia esta clase de cosas. Para ella esto es una pérdida de tiempo, más de una vez me ha dicho que si iba a pasar más tiempo con estas "letritas y numeritos" que ella se iba a ir.

Siempre gana, de más está decirlo. Suelo dejar lo que estoy haciendo si ella me lo pide, aunque es complicado dejarla conforme, incluso si haces lo que ella te pide o te dice que hagas. Creo que es mejor dejar todo lo que estoy haciendo y prestarle atención a ella. Sé que si no es por mí nadie la ve, en el pasillo del colegio o en las calles, muy de vez en cuando alguien me saluda, pero en cambio a ella nadie la saluda. El estar la mayor parte del tiempo cabizbaja no la ayuda mucho, además no sabría decir si alguien más le habla.

Incluso pareciera que sus padres no la vieran. Sus padres deben ser iguales o peores que los míos. Lo poco que dice de ellos y el que prefiera estar en casa conmigo antes que ir a la suya, además de quedarse a dormir cada vez que puede y jamás habérmelos presentado, me hace pensar que deben ser un desastre y que no deben saber nunca en dónde está su hija. 

Seguramente son de esos padres que tienen hijos solo para mantener las apariencias y fingir ser una familia perfecta actuando cuando les conviene. La verdad es que sino es eso, no sé qué pensar de ellos. Parecen no querer pasar nada de tiempo con su hija, hasta los míos se fijan que esté viva de vez en cuando.

Yo sé que Raven solo me tiene a mí, así como yo solo la tengo a ella. Sé que cuando es realmente necesario tengo a mis papás, ellos me compran lo que necesito y me dan plata para comida, para cuando estoy en el instituto. Pero cuando necesito a alguien, la única persona que tengo y realmente está para mí, es Raven.

Phoenix y Raven (Gianluca Ginoble)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora