━━━━prólogo.

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o. camille had an accident.

Alex Karev se encontraba sentado frente a la computadora, observando los resultados de la TC que había ordenado para su paciente. Bailey hablaba sobre lo enorme que era el tumor, pero él no escuchaba. Desde esa mañana se encontraba terriblemente estresado por su pelea con Camille. No dejaba de pensar en las cosas que ambos habían dicho, que por cierto, fueron horribles. Estaba harto de los problemas, así que pensaba en cómo los dos podrían llegar a un acuerdo para dejar de pelear hasta que el divorcio se completara. Le parecía imposible.

—Karev, ¿me estás escuchando? —Bailey giró la silla del hombre levemente para llamar su atención. El castaño la miró y negó, a lo que la especialista rodó los ojos.

—Tendremos que operar a ese bebé, así que si te molesta algo, más te vale dejarlo fuera del quirófano. —reclamó. Antes de que Alex pudiera responder, su teléfono vibró por tercera vez. Y colgó, igual que las dos veces anteriores. —¿Qué te ocurre?

—No es nada. Tuve una pelea con Camille está mañana, salí de la casa antes de que terminara de hablar, así que no deja de llamarme. —dejó el teléfono con fuerza en la mesa. —Tal vez para seguir gritándome.

—Yo sé que no es excusa, pero es una mujer embarazada, Karev. Sus hormonas están por los aires. —habló, poniendo énfasis en cada palabra que pronunciaba. El teléfono de Alex volvió a sonar, y antes de que pudiera colgarlo, Bailey le dio un leve manotazo. —Contesta. —ordenó la morocha antes de salir de la sala de tomografías.

El castaño contestó el teléfono de mala gana.

—¿Qué? ¿quieres pelear por teléfono? Porque eso es algo nuevo, podríamos intentarlo. —musitó de mala gana.

—Alex... el bebé ya viene. —la voz de Camille se escuchaba agitada al otro lado de la línea. A sus palabras, les siguió un quejido y un lloriqueo, los cuales, hicieron que el hombre cambiara de inmediato su postura.

—¿Cómo que ya viene? ¿De qué hablas? —pronunció. Al instante, quiso golpearse, pues era obvio lo que la joven quería decir. —Olvídalo, enviaré una ambulancia. No te muevas y no cuelgues el teléfono. —ordenó, caminando a pasos rápidos hasta el ascensor para ir a urgencias.

—Ese es el problema, cariño. —ante sus palabras, el castaño sintió una presión en el pecho que le decía que algo estaba completamente mal. —Estoy en el auto, a una calle del hospital.

Alex maldijo por lo bajo.

—¿Y qué demonios haces allí? —exclamó, llamando la atención de las personas en el piso.

—Iba al hospital a hablar contigo, y de pronto comenzaron las contracciones. —En medio de la frase, la mujer soltó un grito que parecía desgarrarle la garganta.

—Mila, relájate. Quédate en donde estás, yo iré por ti. —continuó. Por su tono de voz, se deducia que seguía molesto, pero Alex no quería asustar a Camille más de lo que ya estaba. —Yo iré por ti, ¿bien?

Los siguientes segundos, parecieron ir en cámara lenta. Escuchó a Camille soltando otro grito, los frenos de un auto, y el sonido de los vidrios del carro estrellándose. Luego, ya no escuchó nada. Y la voz de Camille ya ml le respondió.

En cuanto las puertas del ascensor se abrieron, Alex salió corriendo, chocando con Meredith Grey en el intento.

—Oye, tranquilo, ¿estás bien? —le preguntó la rubia. Alex no respondió. Estaba parado, con la respiración acelerada y los ojos fijos en Meredith. —¿Qué ocurre? ¿El bebé ya viene? —volvió a preguntar. —¡Alex! —Grey llamó la atención de su amigo, haciendo que este reaccionara.

—Camille sufrió un accidente. Debes decirle a Derek. —fue todo lo que dijo antes de adentrarse al elevador. Los 30 segundos que pasó en el ascensor le parecieron eternos, pues estaba desesperado por irse. En cuanto llegó a urgencias, comenzó a buscar con la mirada a alguien que pudiera ayudarle. Su mirada se posó en la cabellera pelirroja que se encontraba saliendo de una sala de traumas y no dudó en acercarse. —¡Kepner, te necesito! —exclamó el castaño. La pelirroja frunció el sueño y se acercó al hombre. —Necesito que llames a Hunt y que ordenen un helicóptero para Addison Montgomery en los Ángeles. —ordenó

—Hunt ya viene, lo llamé por un accidente que hubo cerca de aquí. Pero, ¿Mongomery...? ¿Qué...? —Alex negó, como pidiéndole que no preguntara. April Kepner era buena cirujana de trauma. No, era excelente, pero también era la mejor amiga de Camille. Y si sabía algo de lo que había sucedido, probablemente entraría en shock.

Luego de eso, Alex salió de urgencias hacia el patio de ambulancias, sin poder siquiera acomodarse los guantes por las manos que le temblaban.

Cada momento que había pasado junto a la castaña se repetía en su mente como una tortura interminable.

Estaba tan abrumado que no notó cuando las puertas de urgencias se abrieron, no notó que Derek estaba furioso y caminaba hacia él con grandes zancadas. No lo notó hasta que el hombre lo tomó por el cuello de la bata y lo estampó en el muro más cercano. Meredith soltó una exclamación y Owen trató de calmarlo.

—¿Qué demonios sucedió? —preguntó Shepherd, rojo de la furia. Alex miró en los ojos de su contrario temor. Estaba aterrado por el hecho de que su hermana menor tal vez se encontraba muriendo. Y no lo culpaba, pues él se sentía igual.

—Derek... —Meredith tomó a su esposo del brazo y trató de alejarlo de Karev.

—¿Vas a golpearme o vas a dejar que te explique? —exclamó de vuelta. Derek no dijo nada, pero tampoco retrocedió. Como pudo, Alex le explicó lo que había escuchado por medio de la llamada.

Las ambulancias comenzaron a escucharse cada vez más cerca, haciendo que Derek comenzara a relajar su agarre. Meredith le murmuraba que se calmara, mientras lo alejaba del lugar.

Llegaron dos ambulancias. En cuanto miró a Camille, no dudó en acercarse a ella, siendo seguida de cerca por Owen y Cristina.

—Camille Shepherd, 30 años, índice de glasgow 12. —comenzó el paramédico. Pero luego de ver a la castaña recostada en la camilla, inconsciente, con un tubo en su garganta y una herida en su rostro, Alex ya no escuchó nada. No sintió nada. Era como si todo su mundo se hubiera detenido.

Las dos personas a las que más quería estaban muriendo. Y él no quería dejarlas ir.

Salvation ϟ Alex KarevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora