t w o

194 20 35
                                    

jeno esperaba fuera de su casa a jaemin. llevaba puesta una camisa blanca que tenía dentro de unos jeans negros y unas zapatillas comunes negras. el pelirrosa le había dicho a jaeno durante la tarde que esta noche iba a ser diferente. estaba asustado por ello, jaemin era alguien extraño y con ideas muy raras. es cierto que no le gustaba asociarse con gente de color oscuro, pero tampoco le gustaba sentirse así al respecto. no era su culpa, así lo educaron, hasta su propia madre miraba mal a donghyuck, su mejor amigo, solo por tener la tes un poco más oscura que ellos dos.

sus pensamientos fueron interrumpidos por la bocina de un auto de un color... interesante.

—dios mío, na jaemin, ¿qué estás haciendo?— murmuró avergonzado, rogando por favor que a ninguno de sus chismosos vecinos se les dé por mirar por la ventana.

de aquel auto color rosa neón, bajó un chico de cabellos rosa pastel; llevaba encima una camiseta blanca con la palabra flash escrita en rojo, una chaqueta tiro corto de cuero negra con unos ajustados pantalones (a diferencia de los de jeno) del mismo color. freddie mercury sin duda estaría orgulloso.

—qué tal, mírate— dijo jaemin arrastrando algunas vocales en tono coqueto. —bien, lee jaeno, ¿listo para una noche diferente?

el mencionado solo rió. jaemin lo tomó de la mano -acción que lo ruborizó- y lo hizo subir al auto junto a él en la parte trasera. 

a jaeno casi se le va el alma cuando vio al cantante holland en el asiento de adelante. no pudo formular palabra alguna.

el conductor junto con el cantante voltearon.

—hola.— dijeron al unisono con una sonrisa cada uno. el chico rubio junto a holland rió al ver cómo el menor miraba al cantautor.

—ho-hola...— seguía paralizado. muy racista y todo, pero era un gran admirador de gente que defendía a la comunidad lgbt+ así. volteó hacia jaemin, aún sorprendido. —no me dijiste que conocías a holland.— murmuró exaltado.

—pues sí— sonrió jaemin. —¿no te lo dije?— jaeno negó lentamente con la cabeza.

—yo soy hansol, por si te interesa.— dijo el rubio. los otros dos rieron y jeno solo se avergonzó una vez más.

el auto comenzó a moverse. holland y hansol hablaban entre ellos mientras que jaemin y jeno compartían alguna que otra palabra siquiera, pues el menor seguía impresionado por la presencia de uno de sus ídolos justo enfrente suyo.

—llegamos.— dijo hansol. el auto se detuvo y todos pararon. unas cuantas personas afuera del bar se asombraron al ver a holland ahí. entraron y jeno se sorprendió aún más.

—dios... mío...—suspiró. era un lugar lleno de gente con aspecto de todo tipo. —¿enserio un lugar así existe en corea?

jaemin rió. —claro que sí, bobo— pasó por él, golpeando sus hombros.

holland y hansol se habían ido a bailar, algunos pidiéndole fotos al primero y otros simplemente apreciándolo desde lejos. jaemin había ido directo a la barra de tragos, jeno, al no conocer a nadie, fue detrás de él.

—dos vasos de cerveza común, por favor.

aún admirando la belleza y excentricidad del lugar, junto con la sorprendente cantidad de gente con rasgos extranjeros, preguntó. —¿y cómo harás para curarme el racismo con esto?

el pelirrosa volteó a verlo con cara de asco. —¿por qué demonios no te molesta la idea de despreciar a alguien solo por su tono de piel?

jeno suspiró virando sus ojos. una vez más se había arrepentido de decir algo con una connotación racista.

r a c i s t  |  nomin  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora