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Vamos, es una pequeña reunion de compañeros, sabes que es muy dificil con los tiempos en la escuela y se ha dado la oportunidad, ¿me acompañas?- me decia cami mientras con sus manos sostenia dos bonitos vestidos de verano y su intensa mirada dirigida hacia mi.

Es dificil negarse a camille, ella tiene ese poder de mirarte y convencerte, es algo que aprendi con el tiempo.

-Lo sabes, sabes que ire - pronuncié mientras tomaba el vestido color rojo con muchos puntos blancos en su estampado.

-Bien, llamare que llegamos en una hora, tenemos que pasar a comprar algunas botanas y darnos prisa.

-Espera me ire a cambiar- solté al aire, ya que camille se habia esfumado. -este dia es sabado lo que significa levantarse tarde, y estar en pijama por la casa mientras tratamos de ordenar el departamento, pero camille tiene planes muy distintos que suenan mas divertidos que limpiar.

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La ciudad siempre me ha gustado, tiene un clima agradable, casi siempre estaba haciendo mucho frio pero hoy el sol habi­a decidido regalarnos un bonito dia, y vaya que lo agradezco por que era imposible usar un vestido con aquel clima.

Logramos llegar rapido a la casa de Mia, tenia una fachada muy elegante y tenia una gran puerta abierta, al parecer ya habia algunas personas por el jardin que estaba muy bien cuidado, estaban unos arbustos en las esquinas con pequeñas flores color amarillo, mesas y sillas regadas por todo el lugar.

Nos aproximados hasta las personas y empezamos a colocar algunas de las bolsas que trajimos.

Sacamos las bolsas pero no habia recipientes, lo que salvo el dia fue Mia, por qué llegó justo en el momento que la necesitaba.

-Espera déjame ayudarte- dijo de forma amable.

-Gracias -susurre. - por cierto no nos han presentado bien, me llamo Lucy.

-Soy Mía, creo que ya me conoces un poco, me gusta estar por aqui y por allá haciendo cosas- vociferó con una amplia sonrisa.

-Es bueno conocerte, creo que eres muy dulce, pero necesito pedirte un favor podrías decirme donde está el baño llevo unos minutos aguantandome - cuestione un poco alarmada.

Tomas esa puerta- dijo señalando una puerta grande y corrediza, estará un comedor y detrás de el un pasillo que lleva directo al baño y a la sala de estar.- terminó.

Segui las instrucciones lo mejor que pude, pero mi memoria no ayuda mucho que digamos, entre a la casa y estaba buscando el baño, pero una linda melodia llegó a mis oidos, era suave y la tristeza era palpable en el aire.

Me aproxime un poco de donde provenia, llegue a un salon muy grande, y en una esquina estaba un piano con un chico sentado tras sus teclas, no pude reconocerlo su rostro no se veía.

Me quede mirando fijamente a la persona, aunque estaba de espaldas, pero sin duda la melodia era cautivadora, me perdí un momento en ella.

-Espiar esta mal, creo que invacion a la privacidad -interrumpió una voz, parando la musica por completo y volteandose en mi dirección.

Por un momento me sentí como si de verdad hubiera estado haciendo algo malo, aunque había sido un accidente el llegar hasta ahí, despues de un momento reconocí el rostro del chico, el dulce chico de la galleta.

Losiento- tartamudeó - yo escuche la melodía y la segui hasta aqui pero me quede un poco hipnotizada- trate de explicar.

-Por bastante tiempo creo yo- interrumpió de nuevo.

-Creo que debería de irme- gire y me dirigí con pasos veloces hasta donde creía que estaba el baño, afortunadamente lo encontré y entre rapidamente, me lave la cara por que sentía ­a mucha verguenza, eso habia sido algo incómodo.

REGRESA A MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora