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Mis sueños me atormentaban cada noche, ni una mas ni una menos, siempre aparecían, solia gritar o llorar mientras dormia, conductas de un claro trantorno de sueño.

Son las 3:46 a.m. y siento que no puedo respirar ni parar de sollozar, me falta el aire, no puedo,no puedo  me repito una y otra vez en mi cabeza tratando de sacar aquel recuerdo.

Escucho un ruido abrupto de la puerta siendo abierta y a una Camille con el cabello alboratado pasar por ahi hasta llegar a mi cama.

Alzo mi mirada y no puedo evitar acercarme a cami que me espera con los brazos abiertos.

–Solo es un mal sueño, ya pasará — me susurró suevamente mientras me envolvía en un calido abrazo.

–Cada vez son peores, cada vez mi mente me atrapa mas en esta pesadilla, cami ya no quiero, no quiero seguir viviendolo cada noche, me aterra —Deje escapar mientras mis lagrimas recorrian mi rostro y respiraba con mucha dificultad.

Muchas veces me daba miedo quedarme dormida, en casiones sentia que no despertaba, que me quedaba atrapada, eran momentos dificiles ya que estaba cerca el dia en que habia ocurrido.

—Son las fechas Lucy, son las que hacen que se intensifique todo, te estaré apoyando aqui, desde cualquier manera —Me enunció. Cami sabía todo, de principio a fin y siempre me apoyaba cada año desde que lo supo.

—Gracias cami- contesté como pude entre mis lagrimas.

Camille siempre ha sido un gran apoyo para mi, solo tenia 9 años cuando la conocí y apezar de mis problemas se quedo a mi lado.

Toda mi vida ha girado tras ese recuerdo, me mude de ciudad, mi niñez estuvo llena de citas al terapeuta, lagrimas y gritos por las noches, y aislamiento.

Ya casi se cumplían 10 años desde lo ocurrido, pero aun vivía en mi memoria.


***

La ultima clase se había dado por terminada, y era en cierta parte un gran alivio ya podria ir a casa, ya que en algunos momentos me quedaba dormida y me despertaba abruptamente por miedo a ser descubierta.

Pero realmente era dificil conciliar el sueño por las noches, mas en estos dias.

No tarde mucho en llegar al departamento, ya que se encontraba en el segundo piso, al momento de abrir me encontre con una  luz blanca provenir de las ventanas, y a camille, Mia, y Alexander en la cocina.

—Hola a todos— salude con mucho entusiasmo, ya que no me esperaba a nadie por aquí.

—Hola —regresaron todos el saludo.

Me dirigí hacia la pequeña cocina que teniamos, blanca, como todo por aquí, y algunos aparatos color plata, que la hacian bastante acogedora.

—Hoy todos teniamos antojo de algo dulce, y pues tambien tenemos la costumbre de cada viernes hacer un maraton de peliculas—Comentaba camille sin decir a nadie en particular. —Y se me ocurrio la brillante idea de hacer unos muffins y un buen maraton de peliculas de terror.

—Aunque no todos esamos de acuerdo con la parte del terror— interrumpió Mia.

—Bueno aun decidimos sobre que ver– agregó camille.

—Alguien seriamente debe revisar el numero de papel higiénico que queda en el baño, por poco pierdo un calcetin ahí adentro — interrumpió  Lucas con cierta preocupación.

Me gire en su direccion para ver en su rostro, tenia una mueca de preocupación, este chico tomaba las cosas demasiado enserio y con cierto humor, me agradaba, desde que subio con gran alegria a cantar, aunque tuviera mas alcohol que voz en su cuerpo.

REGRESA A MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora