Capítulo VIII : Stone Cold

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Es una funesta noche de marzo, todo era perfecto hace tan solo unas horas, la realidad a veces puede ser muy cruda, me di cuenta de que los mentiras pueden ser lo más bellas posibles. Admito que no quería ir ese día, pero decidí escuchar la voz de aquella chica en el cielo con diamantes, esa chica que está en la ciudad de los ángeles y que allá se mantendrá, tuvo que usar toda su artillería para lograr convencerme, la realidad es que era algo que quería pero dudaba de hacerlo, perdón por ser un cobarde de nuevo.

No puedo dormir, no puedo callar esa voz dentro de mí, ¿Qué hice mal? Te escribo un mensaje, lo borro, es tan solo la sexta vez que lo hago en la noche, escribo tantas cosas pero no las envío, lo siento, soy un cobarde, apenas es enero.

Te he visto a lo lejos, en medio de la multitud, como la primera vez que te vi, pude ver de nuevo tu hermoso rostro, me dice una voz que me acerque a saludar, estoy a punto de hacerlo, me doy la vuelta y dejo que te vayas, el miedo se apoderó de mí.

Me pareció verte a mitad de la calle, creo que corrí hasta ti, todo pareció ser un sueño, es lo más cerca que he estado de ti, ¿Cómo puedo eliminar este sentimiento de mí? Creo que ella tomó mi corazón  y mi alma, supongo que tenías un lugar al cual llegar, a unos brazos que no fueran los míos, pero conozco tu mirada, tu interior quiere abrazarme, tu reprimes eso mientras pones tus brazos por detrás de ti, porque sé que estas perdida cuando escapas, ahora sé lo que hice mal.

Escapas a los mismos agujeros negros, a los mismos errores negros, incluso si el cielo se cae a pedazos, si el universo se extingue, no existe dolor que no pueda superar, incluso si eso significa morir por ti.

No eres un capricho, jamás lo serás, te amo de una forma que incluso me da miedo, nunca he amado de la manera en lo que lo hago, no es que esté mal, es que tengo miedo de que pienses que es demasiado para ti, que no lo mereces, aun no te has dado cuenta de que no dejaré de sentir esto por ti, incluso si el sol se congela, si las estrellas no se alinean para iluminar tu camino, eso no hará que lo deje de hacer.

No sé qué decir, pero te voy a demostrar que voy a quererte hasta que la última estrella de ese gran manto estelar encima de nosotros se evapore, necesito irme de la ciudad, necesito correr, necesito hacerlo por ti, por mí.

Veo tus ojos, pasan tantas cosas por mi cabeza, actúo como si no me importaras,  evito el mas mínimo contacto visual contigo, mientras te distraes bajo la mirada, te observo, te aprecio, solo escucho tu voz, me muero por besarte, por acariciarte, por tocar tu cabello aunque eso signifique que te pongas nerviosa y que me digas oye oye no niño, con un tono tan único, donde quieres que siga pero no es un buen momento.

Los ángeles mienten para tener el control, hace muchos días que no te escribo, ni siquiera para enviarte un coso con un mensaje fuerte y claro, no hay palabras que podamos decir, no hay caminos que elegir, todo nos llevará de vuelta a este punto, porque nuestro amor vuelve, no, tan solo estoy alucinando.

Justo cuando me he roto encontré la respuesta, me reuní conmigo a mitad de la noche, me arrastré por la oscuridad, mire al cielo estrellado y juré que nunca volvería a cometer los mismos errores, porque alguien allá afuera tiene la llave de mi corazón y hace todo para destrozarlo, si él es felicidad, soy feliz por ti.

Y luego, te veo y disfruto de aquel último viaje juntos, pienso en lo maravillosa que te vez, en cuanto extrañaba verte de esa manera, de estar cerca, de hablar, no lo notas, quizás no te importa pero mis ojos se ponen cristalinos, mis ojos no mienten, nunca te han mentido, nunca lo harán, suspiro pero no te percatas de eso, yo siempre correré a casa contigo.

La noche cae y nos cubre con su gran inmensidad, es nuestra despedida, dices que me amas, nos besamos y luego todo parece tan especial, como en nuestros viejos días de gloria, no entiendo nada ahora.

Morfeo se acerca a mí, sabe que no he dejado de soñar, sabe cada sueño que he tenido contigo, recuerdo tantos sueños que no te conté, que no sabrás aunque deberías de saberlos, sueño con la persona equivocada, aprecié lo que tenía el tiempo que lo tuve, camino ahora solo a través de la tormenta con la cabeza en alto, me da gusto con sonrías y que estés con esa persona con la que decidiste estar, perdón por ser un cobarde.

MiKrokosmos StarlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora