Ella acaba de llegar al club, todos están emocionados por su llegada, ya saben, cualquier nuevo miembro del club es motivo de celebración, pero yo no siento emoción por su llegada, puede que sea algo más...
Era sábado, los mellizos se encontraban en su habitación compartida escuchando música, como solían hacer cuando necesitaban tiempo para reflexionar de algo juntos, era normal para ellos, era algo de casi todos los días, compartían sus problemas y se consolaban el uno al otro.
Hasta que el celular del pelirrojo sonó, tenía un mensaje de whatsapp, era Yuri.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Quién es, Izumi?- Preguntó la pelirroja.
Pero el celular de ella también sonó, era Sayori.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Ya te entraste de la salida que Sayori y Yuri están planeando para nosotros?- Preguntó la pelirroja mientras guardaba su celular.
- Si, justamente Yuri me estaba contando de eso, dice que nos vemos los cuatro a las 4:15 en la cafetería que queda al lado de la estación del tren.- Respondió el pelirrojo.
- Bueno ¿Pues que esperamos? Hay que ponernos guapos, hermano.- Replicó la pelirroja mientras tomaba su cepillo para el cabello.
Ambos empezaron a prepararse. La pelirroja se puso un pantalón azul oscuro, con una camisa de tirantes celeste, su suéter color coral y sus tenis Adidas blancas. El pelirrojo se puso un pantalón beige, una camisa negra, un suéter azul y sus tenis nike negras.
Tomaron las llaves de la casa y se fueron caminando hacia el café. Cuando llegaron, no había ni rastro de las chicas, pidieron una mesa para cuatro y se sentaron a esperarlas, hasta que el celular de la pelirroja volvió a sonar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Dice Sayori que ya están llegando.- Dijo la pelirroja sin levantar la mirada de su celular.
- Ya era hora.- Dijo desganado el pelirrojo.
- Ay, ya, no llevamos ni 10 minutos aquí.- Le reprendió la pelirroja.
Llegaron las chicas y todos se saludaron, llegó el mesero y tomó las órdenes que estaban así:
Yuri: Una orden de 15 piezas de sushi California y un té Oolong. Izumi: Una orden de arroz con carne y una Coca-cola. Sayori: Una orden de ensalada con pescado y un batido de frutas. ______: Una hamburguesa artesanal y una botella de Ginger-Ale.
El mesero se retiró, pero no podía parar de mirar a la pelirroja, le parecía sumamente hermosa con ese cabello pelirrojo y rizado, su rostro cubierto de hermosas pecas y esos ojos verdes esmeralda. Se estaba volviendo loco.
- Vamos chicos, sonrían, estamos haciendo esto por ustedes.- Intentó animarlos la de ojos azules.
Pero ninguno habló, solo se miraron entre sí y negaron con la cabeza.
- Quizás se sientan mejor si nos cuentan más del tema.- Sugirió la del cabello morado.
Los mellizos se miraron entre sí, la pelirroja asintió y empezaron a relatarles la historia a las chicas, de como su padre siempre había sido un Don Juan, aún cuando su madre seguía viva.
- De hecho, nosotros fuimos un accidente de un 14 de febrero.- Dijo apenada la pelirroja.
- Mamá y papá se casaron a los 16 obligados por nuestros abuelos porque mamá estaba embarazada de nosotros.- Explicó el pelirrojo.
- Luego del matrimonio, nuestro padre siguió saliendo con otras mujeres mientras mamá se quedaba en casa a cuidarnos.- Dijo la pelirroja con cierto rencor.
- Pero hace 6 años, mamá murió de cáncer de pulmón.- Dijo apenado el pelirrojo.- Toda su vida había respirado el humo de los cigarros que el abuelo fumaba, por eso desarrolló ese cáncer.
La pelirroja se lanzó a llorar al pecho de su hermano mientras repetía "Solo teníamos 10 años cuando ella tuvo que irse". El pelirrojo le acariciaba el cabello a la pelirroja mientras le repetía que su madre los cuidaba desde el cielo.
El mesero llegó con las ordenes justo en ese momento, la pelirroja se limpió las lágrimas y recuperó la compostura, el mesero la miró de reojo con malicia y decidió hablar.
- ¿Estás bien, linda?- Preguntó.
- ¿Me hablas a mí?- Preguntó la pelirroja.
- Claro, hermosa. Soy Ryoga ¿Cuál es tu nombre?- Respondió el albino mesero.
- Soy... ______.- Respondió la pelirroja con seriedad.
- Un gusto, bella.- El albino le pasó un papel con un número telefónico.- Este es mi número, por si quisieras seguir hablando, guapa.
- Es lesbiana, pendejo.- Intervino el pelirrojo.
- Si... Soy lesbiana.- Aceptó la pelirroja.
El mesero la miró con un ligero asco y se llevó el papel, habló con una chica rubia que también parecía ser mesera y se retiró a la cocina. La rubia se acercó a ellos.
- Hola, soy Akane, mi compañero Ryoga tuvo que atender otra mesa asique seré su nueva mesera.- Dijo dulcemente la rubia.
- A mí no me venga con pendejadas, ese niño pendejo no quiere atendernos más porque intentó ligar con mi hermana y ella es lesbiana.- Dijo molesto el pelirrojo.
La mesera no dijo nada más y se retiró apenada.
Comieron mientras los mellizos seguían relatando la trágica historia del matrimonio forzado de sus padres, las chicas escuchaban con atención.
- Y la verdad...
- Esto nos tiene el alma quebrantada.- Dijeron ambos mellizos al unísono.
