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El precio de una taza de café 3
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-Adentro...-

Steve le señaló la bañera a la pequeña Civeta que ahora le miraba con esos enormes ojos castaños llenos de timidez y suplica. El rubio se había terminado sentado sobre la tapadera del retrete al darse cuenta que aquello iría para largo.

Despacio Tony negó dando un par de pasos hacia atrás. Pero negó advirtiéndole con un gesto que no había escapatoria.

Había cerrado la puerta del baño para asegurarse de que Tony no fuera a salir corriendo, el chico realmente necesitaba un baño.

-No, ni lo pienses. Antes de ir a dormir necesitas un baño. Anda, ven aquí-

Steve le extendió la mano para que se acercara y una vez más funcionó, aún titubeante Tony se acercó a él y se dejó quitar la playera y la ropa interior.

Steve hizo un mohín al ver todas la heridas que tenía.

-¿Quien te hizo esto?-

Le pregunto con preocupación viendo los rasguños en sus muslos y nervioso Tony se llevó la mano a la naricita para frotarsela contra la palma de su mano.

-Me pongo nervioso...-

Fue lo único que respondió desviando la mirada hacia las burbujas en la bañera.

Nunca había tomado un baño en una tina como aquella... la ducha en la casa de su amo se reducía a un grifo en la pared junto a una pichancha en el suelo.

Alzó su mano para frotar de nuevo su nariz pero Steve le detuvo.

-Vamos, entra ya... se que te gustará tomar un baño-

Le sonrió animándolo obviando el cuerpo lleno de heridas y cicatrices, no era fanatico de los híbridos pero eso no significaba que pensara que eran objetos...

Tony era un chico de estatura baja y complexión pequeñita, quizá por su especie o quizá por los malos cuidados que había tenido y ahora que lo veía desnudo Steve podía ver realmente lo mal cuidado que estaba.

Demasiado delgado y el pelo de su cola estaba opaco y ausente en algunos puntos...

Tony le dio una última mirada moviendo con suavidad su larga cola antes de finalmente decidirse a entrar.

El agua estaba calientita y le hizo suspirar de alivio.

-Bien, ahora tengo que lavar tu cabello... no tengo shampoo especial para ti pero espero que este funcione.-

Steve tomó la botella que el usaba para vaciar un poco en el cabello de Tony. Sabría Dios hace cuanto no se lo lavaba o peinaba pues tenía algunos nudos que comenzaban a parecer rastas en la parte de atrás.

Steve tuvo que enjabonar y enjuagarle unas 4 veces para que el shampoo finalmente hiciera su trabajo y le dejara limpio...

Mientras lo bañaba el rubio se había sorprendido de lo increíblemente quieto que se había quedado el moreno, Tony era tan dócil que el rubio se preguntaba porque el otro pendejo lo habría tenido viviendo en aquellas horribles condiciones.

-Listo-

Le sonrió minutos más tarde terminando de enjuagarle todos los restos de jabón del cuerpo, había usado su esponja de baño para tallar la delicada piel asegurándose de no tallar en las zonas lastimadas pero de dejarle muy limpio.

Le enrollo en una toalla y luego le llevó a su habitación para poder ponerle un poco de ungüento en las heridas y otro en la nariz pelada y lastimada.

El precio de una taza de café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora