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El precio de una taza de café 4
☕️☕️☕️☕️☕️☕️☕️☕️

-Tengo que cortarlo-

-No!!-

-Si, si tengo que cortarlo... ese nudo no se va a ir y no quiero vivir con un vagabundo...-

-No soy un vagabundo!-

Le contradijo Tony con gesto contrariado, llevaban toda la mañana "peleando" porque Tony se rehusaba que dejar que Steve le cortase el cabello.

Pero Steve sabía que Tony necesitaba el corte, su cabello estaba demasiado enredado y aunque lo habían lavado muchas veces los nudos no se habían ido.

-Entonces deja que te corte el cabello!-

Insistió Steve viendo a Tony cruzarse de brazos en el sofá con gesto enfurruñado.

Tony asociaba los cortes de cabello con cosas malas... le habían cortado el cabello cuando le habían hecho su marca de híbridos, un tatuaje en la nuca con su número de identificación.

Le habían vuelto a cortar el cabello cuando le habían llevado a la tienda y la vida comiendo granos había comenzado... y luego le habían cortado el pelo cuando le habían vendido a su nuevo amo...

Ahora Steve quería cortarle el cabello y Tony simplemente no podía permitirlo porque no quería que nada cambiara...

Apenas llevaba un par de semanas con Steve pero aquellos días habían sido suficientes para que Tony descubriera que la vida podía llegar a ser mucho mejor de lo que alguna vez había imaginado.

-Si no me dejas cortarlo ahora lo haré mientras duermes...-

Le advirtió y los ojitos de Tony se abrieron enormes antes de llenarse con tremendos lagrimones que de inmediato hicieron sentir mal al rubio.

-No, no llores... es solo una broma... no te haría nada mientras duermes... es solo que sería mejor si lo cortamos, ¿no crees?-

-No, no lo creo... yo... yo lo cepillare y el nudo se va a ir... -

-Tony...-

-Por favor...-

Le pidió bajito con un puchero en los labios que terminó por desarmar al rubio... esas orejitas y esa carita eran imposibles de resistir.

-Bien, pero si el nudo no se va entonces lo vamos a tener que cortar-

Le advirtió y Tony sonrió satisfecho con lo que había conseguido.

Entonces Steve dejó las tijeras y Tony pudo respirar aliviado volviendo a tomar el ordenador que Steve había comprado para él.

******

-Necesito que hagas un trabajo en Francia-

-Bien-

-Hare llevarte los detalles esta tarde. Tu vuelo es mañana por la noche. En cuanto lo termines puedes volver-

Steve apretó los labios con disgusto pero no dijo nada más.

*****

Tony sonrió emocionado al ver todas las compras que había traído el rubio. Era un montón de comida, el morenito aún no había tenido la oportunidad de ir al supermercado pero sin duda creí que debía ser un lugar asombroso si de ahí venían todas aquellas cosas.

Estaba luchando por abrir un paquete de duraznos cuando las manos de Steve le habían detenido, el tacto del rubio siempre era cálido y Tony se sonrojó sin poderlo evitar al sentirle tan cerca.

El precio de una taza de café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora