I

63 3 2
                                    

Era lunes temprano en la mañana. Iba tarde, como siempre, a la escuela. Así que corría lo más rápido que mis piernas podían permitirme.

Soy Kim Soori, tengo 17 años y soy una estudiante dominicana viviendo en Corea del Sur.

Llegué a Seúl, a los 10 años, con mi madre. Ella decidió regresar a su país natal dos años después de la muerte de mi padre, pero un año después tuvo un accidente y perdió la vida. Yo tenía 11 años.

Mi madre era una beta coreana que se mudó a República Dominicana. Su nombre era Kim Jennie. Pasando los meses, y buscando los mejores contratos para la empresa de su padre "industrias Kim" conoció a mi padre; un omega que buscaba ser asistente de mi madre.

Su nombre era Camilo Méndez. Se enamoraron perdidamente, pues eran destinados. Hechos el uno para el otro. Pasaron años juntos y se amaron con locura. Y luego nací yo, fruto de ese amor incondicional.

Pero nada dura para siempre.

Al cumplir los 6 años, papá enfermó y cuando cumplí los 8 falleció.

Ya después de sus muerte, los dos hermanos de mi madre, en Busan, vinieron por mí.

Kim Namjoon, hermano mayor de mi madre, y Kim Taehyung, hermano menor.

Mi Tío Tae, junto a su pareja Kim Seokjin, tomaron la decisión de tomar mi custodia legal, y no solo eso, ambos hermanos decidieron mudarse a Seúl con sus familias y expandir el negocio familiar que les dejó mi abuelo.

Mi tío Tae se mudó a la casa de mi madre y tío Nam se mudó al lado de ésta.

Iba tan distraída que no noté que gritaban mi nombre, hasta que casi caigo en un enorme charco de lodo; de no ser porque me agarraron del cuello de mi chamarra, hubiera caído de cara al lodo.

— Debes tener más cuidado y ver por dónde vas, Soo — Se escuchó una voz grave a mis espaldas que reconocí de inmediato

— Félix — Sonreí — Gracias, no iba  pendiente — Me acerqué y besé su mejilla. De inmediato se sonrojó. Adorable.

— Me di cuenta ¿Vas tarde de nuevo?

— Voy? — Bufé — Vamos tarde, ven, corre — Tomé tu mano y lo arrastré hasta estar cerca de la escuela. Gracias a la Luna queda a dos cuadras de casa.

Llegamos a la escuela y enseguida vimos a Hyunjin esperando por nosotros en el pasillo principal.

No fue necesario que estuviera cerca, o si quiera verlo, su olor me alertó que estaba allí. Vainilla y coco. Mi lobo estaba contento de sentir ese olor.

— ¿Todavía no le dices? — Félix se detiene y me mira. Me fijé en sus pecas, tiene muchas en las mejillas y parte del puente de su nariz. Sus ojos marrones me miraban fijamente haciendo que yo me sintiera pequeña.

— Sabes que no. No quiero hacerlo — Respondí mientras miraba mis zapatos con exhaustividad.

Hyunjin, Felix y yo hemos sido mejores amigos, junto con mis primos, desde que llegué a Corea.

Son mis vecinos.

Conocí primero a Hyunjin, el vive al frente de mi casa. Y un mes después conocimos a Félix, el llegó de Australia y se mudó al lado de Hyunjin.

Yo pasé casi dos años atraída por el encanto de Hyun, hasta que Félix desarrolló sentimientos por mí y yo dejé de fijarme en Hyun.

Cabe destacar que me sentí un poco puta.

Cumplimos los 15, Félix y yo nos hicimos novios, pero al cumplir los 16 el se presentó como alfa, luego Hyunjin se presentó como omega y dos meses después yo me presenté como alfa.

Si la vida te da limones, haz limonadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora