XVIII

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"Te mataré y haré lo que me dé la gana contigo"

En mi mente resonó la amenaza de aquél alfa en celo al que Soori y yo nos habíamos enfrentado.

Su mirada perversa y lujuriosa sobre la fémina alfa.

Todos mis recuerdos volvieron con claridad.

Soori cumplió su promesa.

Pude recordar como ella controló la tierra he hizo que salieran raíces de ella. Pude recordar como maldijo al tipo del callejón, como lo hizo dormir después de manipular su memoria.

Pude ver y recordar con detalle el montón de golpes, patadas y lanzadas que ella recibió.

También recuerdo los ojos de aquél tipo sobre los míos cuando metió su navaja en mi estómago hasta la coyuntura. No una, sino dos veces.

Recuerdo la sangre...

Demasiada sangre.

Después de todo eso, solo tengo moretones en la cara del montón de puños que el alfa en celo encestó en mí, también tengo un incómodo dolor en el hombro, pero de allí más nada. Mis dos heridas están completamente curadas, sin cicatrices o marcas. Como si nunca hubiera pasado nada.

Los cuatro mayores, los morochos alfa y los hermanos omegas me observaban sin decir nada.

Ninguno me quiere decir dónde está Soo, pero yo tampoco me atrevo a volver a preguntar. No sé si quiero saber la respuesta. El señor Jin dió un paso al frente y aclaró su garganta.

Necesito que me digas qué fue lo que pasó — Su inflexible voz no daba oportunidad a reproche u otras opciones — Si puedes hacerlo con lujo de detalle... Mejor...

No sé si sea buena idea darle los detalles — Le respondí bajando mi mirada. Mucho menos quería que viera el horror y susto en mis ojos — No es algo lindo de detallar — El señor Taehyung suspiró y se acercó a mí.

Danos lo que puedas, te lo suplico. Sé que es difícil para ti. Pero también es duro no saber y hacerse ideas peores de los que pudo haber pasado.

Créame que cualquier cosa que imagine es mil veces mejor de lo que pasó — Confesé cuando mi voz se rompió y mi ojos se fueron en lagrimas — No pude protegerla... Lo lamento... Juro que hice lo que pude, pero antes de hacerlo me congelé... Lo siento tanto.

Cubrí mi rostro con vergüenza y mi cuerpo empezó a temblar. Las imágenes volvían a mi mente. Los golpes volvía a sentirlos, cada puño, cada patada. Las apuñaladas. El asqueroso y fuerte olor a alfa en sus peores días. Soo luchando con todo y perdiendo, siendo lanzada contra un basurero, contra el suelo y la pared, siendo ahorcada, golpeada y pateada con extrema violencia y sin contemplación.

Unos brazos rodearon mi cuerpo y yo me tensé pensando que todavía estaba en ese callejón, pero era el señor Taehyung que me estaba abrazando. Temblé contra su cuerpo y apreté mi rostro contra mis manos.

Shhh, estás a salvo Seungmin. Soori está a salvo. Ya no están en ese lugar — Susurró de forma arrullante el omega mayor — Lograron salir de allí.

No, no, S-soori nos sacó d-de allí. Fue ella la que recibió la mayoría de los golpes. C-casi la mata... casi la mata con sus propias m-manos — Tartamudeé entre sollozos — Dios.. la s-sangre.. los golpes. Unoo t-tras otro...

No lo revivas, Seungmin.. — Habló el omega — No vuelvas a ese lugar. Respira hondo.

Negué y quité mis manos de mi rostro. Me aparté del omega y lo miré a los ojos.

Si la vida te da limones, haz limonadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora