Un mes de placer y.m (ADAPTADA)

"Te juro que gritaras tanto que tu garganta dolerá"

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Cuando cayó la noche. El corazón de Jimin comenzó a latir fuertemente.

"Espero que estés listo para esta noche..."

Las gruesas, sexys y masculinas palabras de Yoongi seguían andando por su cabeza. No debería sentirse tan caliente tan solo por unas estúpidas palabras. Podían significar cualquier cosa como; charlar, salir a algún lado, comer algo.

Sacudió su cabeza y permaneció serio. Estaba actuando como un adolescente con unas hormonas recién descubiertas, otra vez. Se suponía que odiaba a Yoongi, no tendría que estar fantaseando como solía hacerlo de adolescente. Kiara se despidió del peli rosa amablemente y salió de la casa quedando solo en la cocina, y probablemente en toda la casa, exceptuando a Yoongi. Recorrió la mirada por el lugar buscando algo que hacer mientras, pero no encontró nada interesante. Se levantó y se dirigió hasta la biblioteca, había pasado la mayor parte del día en aquel lugar, leyendo algo, tocando el piano o simplemente observando el jardín.

No era mucho lo que podía hacer en la mañana y esperaba que el resto del mes no se aburriera tanto. Se sentó en el piano y toco la hermosa madera, pintada de blanco. Puso un dedo en una tecla y lo toco, luego hizo lo mismo con las demás teclas. Tocándolas una por una...

Suspiro, sin saber qué hacer y se levantó encontrándose a Yoongi a menos de dos metros lejos de él. Sonrió tímidamente cuando el corto distancias.

—Hola —dijo el peli rosa. Su corazón estaba a punto de explotar. Intento calmarse pero le era imposible, Yoongi puso su mano en su cintura y lo atrajo hacia él.

—Hola.

En menos de que pudiera volver a parpadear. Yoongi ya había tomado su boca con la suya. Jimin quedó helado en su puesto. Había tenido el impulso de separarlo pero el beso profundo, caliente y salvaje hizo que todo sentido o pensamiento en su cabeza desapareciera, haciendo que soltara un gemido ahogado. Pasó sus delgados brazos por el cuello de Yoongi y enterró su mano en el suave cabello de él. Se separaron para tomar aire, Yoongi le sonrió.

—¿Estas listo? —el deseo en su mirada le decía a que se refería. Pero Jimin prefería escucharlo de sus propios labios.

—¿Para qué? —preguntó en un tono inocente. Yoongi gruñó.

—Para que tengas la mejor noche de tu vida. Te juro que gritaras tanto que tu garganta te dolerá.

Luego, volvió a atacar su boca con la misma pasión de antes.

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