Luego de derrotar a Voldemort junto a sus amigos, Lyra volverá a Hogwarts sin saber que un peligro aún más grande la espera en el castillo.
La cámara de los secretos ha sido abierta y el heredero de Slytherin petrificará a todos los que sean necesar...
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16, FIN DE CURSO
Hubo un momento de silecio cuando aparecieron en la puerta, llenos de barro, suciedad, y en el caso de Harry, sangre. Luego dos personas gritaron:
—¡Ginny!
—¡Lyra!
Una voz era la señora Weasley, que estaba llorando delante de la chimenea. Se puso en pie de un salto, seguida por su marido, y se abalanzaron sobre su hija.
La otra era la profesora McGonagall, que miraba a Lyra entre asombrada y asustada.
Lyra miró a su lado y, sin sorprenderse, el profesor Dumbledore estaba ante la repisa de la chimenea, sonriendo, junto a la profesora McGonagall, que respiraba con dificultad y se llevaba una mano al pecho. Fawkes le pasó zumbando cerca para posarse en el hombro de Dumbledore. Sin apenas darse cuenta, Harry, Ron y Lyra se encontraron atrapados en el abrazo de la señora Weasley
—¡La han salvado! ¡La han salvado! ¿Cómo lo hicieron?
—Creo que a todos nos encantaría enterarnos —dijo con un hilo de voz la profesora McGonagall.
La señora Weasley soltó a Harry y a Lyra, Harry dudó un instante, luego se acercó a la mesa y depositó encima el Sombrero Seleccionador y la espada con rubíes incrustados. Lyra, por otra parte, se acercó y dejó lo que quedaba del diario de Riddle.
Harry empezó a contarlo todo. Habló durante casi un cuarto de hora, mientras los demás lo escuchaban absortos y en silencio. Contó lo de la voz que no salía de ningún sitio; que Hermione y Lyra habían comprendido que lo que él oía era un basilisco que se movía por las tuberías; que él y Ron siguieron a las arañas por el bosque; que Aragog les había dicho dónde había matado a su víctima el basilisco; que había adivinado que Myrtle la Llorona había sido la víctima, y que la entrada a la Cámara de los Secretos podía encontrarse en los aseos...
—Muy bien —señaló la profesora McGonagall, cuando Harry hizo una pausa—, así que averiguaron dónde estaba la entrada, quebrantando un centenar de normas, añadiría yo. Pero ¿cómo demonios conseguieron salir con vida, Potter?
Así que Harry, con la voz ronca de tanto hablar, les relató la oportuna llegada de Fawkes y del Sombrero Seleccionador, que le proporcionó la espada, al igual que la llegada de Lyra. Pero luego titubeó. Había evitado hablar sobre la relación entre el diario de Ryddle y Ginny. Ella apoyaba la cabeza en el hombro de su madre, y seguía derramando silenciosas lágrimas por las mejillas. ¿Y si la expulsaban?, pensó Lyra aterrorizada. El diario de Ryddle no serviría ya como prueba, pues había quedado inservible... ¿cómo podrían demostrar que era el causante de todo?