Miraba el techo de mi habitación en medio de la obscuridad de la madrugada. Allá en el techo estaban las estampas fluorescentes con figuras de galaxias y planetas, las cuales se podían ver tenuemente en medio de la oscuridad nocturna de la habitación.
Aunque estaba cansada, más por la idea de ir al colegio al día siguiente que por exigencia del cuerpo, no podía dormir. O tenía calor o tenía frío o me daba miedo que me picaran los mosquitos o se me dormía alguna parte del cuerpo o cualquier otra cosa pero la cosa es que no podía dormir así que finalmente me rendí y me quedé mirando mis estampas pegadas en el techo mientras imaginaba historias fantasiosas, hasta que finalmente, poco a poco, comencé a dormitar.
Toc
Toc
Giré sobre el colchón y me cubrí con las mantas.Toc
Toc
-¿Será un mosquito?- penséToc
Toc
-¿Será el demonio de mi cuarto que me castiga por no poder dormir a la hora indicada para los niños?- volví a pensar esta vez con un poco de miedoToc
Toc
Toc
-¡La ventana!- dije percatandome del proceder de aquellos ruidos. Me levanté rápidamente, me puse mis zapatos de dormir y me acerque a abrirla.-¡Rin!- ah es Len
-¡Len! ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué quieres? Ya no lances lo que sea que estes lanzando- dije tratando de no hacer mucho ruido.Abajo, sobre la nieve en el patio, se encontraba un Len de diez años de edad, abrigado hasta el tope casi que como regalo envuelto, con un telescopio pequeño e infantil en una mano y en la otra una mochila.
-¡Vístete! Hay que irse ya, las constelaciones de ésta época del año se podrán ver hoy más claramente- Dijo con una gran y genuina sonrisa- Traje chocolate caliente- levantó un poco su mochila.
Con una risita le hice un gesto para que me esperara, me giré dentro de la habitación y en seguida yo también me forré con una gruesa capa de ropa invernal. Tomé el libro que tiempo atrás había robado de la habitación de Len que era, incuestionablemente, de la gran bóveda celeste y sus misterios y salí por la ventana intentando seguir el camino entre los bordes de la casa que habíamos descubierto la primera vez que escapé por unas horas de casa.
Ya en el suelo Len tomó mi mano y ambos corrimos por el jardín dejando nuestras huellas en la nieve. Él me arrastró hasta la "colina" (que realmente era un cúmulo medianamente grande de tierra y pasto ubicado a unas casas de distancia de la mía y la suya).
Ya estando allá arriba y con el telescopio armado en el suelo apuntando al cielo, sacamos nuestros libros y revistas y él comenzó a mostrarme de una manera genuinamente entusiasta las constelaciones que se miraban en esa mitad del año.
Por el telescopio me mostraba las tres estrellas en línea diagonal y cómo éstas eran llamadas "El cinturón de Orion" y que, a su vez, formaban parte de la constelación de Orion.
-Cuando fui a la playa el año pasado- dijo bebiendo un sorbo de su termo- un pescador le dijo a mi papá que la espada de Orion siempre apuntaba hacia el Sur y que de esta manera los marinos podían guiarse un poco durante las noches. Lo escuché cuando me hice el dormido en el sillón- río- A propósito- dio otro sorbo- ¿Sabes quién fue Orion?
-No- confesé fascinada por la inmensidad de lo que sea que hubiera allá arriba.
-Pues verás...- comenzó.Al otro día ninguno de los dos fue al colegio priamrio.
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Estrellas para Rin
FanfictionRin y Len son amigos de la infancia que al crecer toman caminos diferentes, Len se va y Rin se queda ¿Podrán las estrellas juntarlos nuevamente?