Eclipse total

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Entonces sentí un golpe en la cabeza.

-¡NO! Cielos Rin...- dijo en un suspiro masajeandose la sien.
-¡Oye!- exclamé sobando mi cabeza- Pero tú dijiste que Kaito...-
-Que Kaito me ayudó a sobrellevarlo mostrándome cosas nuevas que no tuvieran que ver con el espacio como tocar la guitarra y jugar videojuegos ¡Eso es todo! ¡No que soy gay!- obvió
-Ah...- Me tranquilicé. No tengo absolutamente nada contra la comunidad LGBT+, si me hubiese dicho que lo era lo hubiese apoyado incondicionalmente y para nada hubiera cambiado mi forma de pensar sobre él, pero sucede que Len me ha gustado desde hace tantos años que el saber que no tengo ni una sola posibilidad con él me hubiese entristecido profundamente.- ¿Entonces a que te refieres con sincerarte?

Para este punto el eclipse estaba en su punto máximo, ya no se veía nada más que las siluetas cercanas a menos que te asomaras por el puente para ver las luces de los autos y las farolas, pero estando arriba solo se lograba ver eso, las siluetas. El cielo estaba obscuro y la luna totalmente enegrecida.

-Te amo- dijo finalmente. Debido a la obscuridad no pude ver su rostro así que dudé de sus palabras, pero lo dejé que prosiguiera- Por eso te dejé el botón pensé que así lo entenderías, era mi segundo botón...-
-El más cercano al corazón- dijimos ambos a coro
-Entonces ¿Por qué?- balbuceé. La verdad es que no sabía que hacer.
-¿Por qué que?- se hizo el tonto
-¡Len! ¿¡Por qué me trataste así!? ¿¡Por qué me ignoraste!? ¿¡Por qué te fuiste así!? ¿Por qué...?- no pude evitar romperme, llorar y sollozar pidiendo una explicación. Dejé salir mis sentimientos de manera que se desbordaban, ya no era posible contenerlos más.

Me dejó llorar unos minutos hasta que finalmente habló.

-Tenía miedo, no sabía que hacer- dijo cuidadosamente, articulando cada palabra- Cuando íbamos en el primer año de secundaria fui escogido para formar parte de un proyecto de la universidad de Todai, aquí en Tokio. El proyecto consistía en reclutar jóvenes que hubiesen obtenido un IQ más alto que el promedio y darles una beca con un pase directo a la universidad, siempre y cuando mantuvieran un promedio excelente y contribuyeran al proyecto de investigación científica que se estaba realizando. Nos dijeron que nos necesitaban para desarrollar tecnología espacial, así que nos preparaban para ello. Sabes que siempre he amado el espacio, Rin.
Sin embargo, si quería conservar mi lugar tenía que tener un promedio excelente. Ahí fue cuando conocí a Luka.- La recordé. Pensé en los celos que sentía hacia ella en ese tiempo y recordé los rumores sobre su noviazgo con Len los cuales afortunadamente nunca creí, ahora lo entendía todo.- Ella era una asesora para los estudiantes que habíamos sido reclutados para el programa, me daba asesorías y me llevaba material para estudiar y posteriormente reportaba mis avances a la universidad. Cuando acabé la secundaria pasé la segunda selección gracias a mi promedio y a mis avances con la investigación. Otros jóvenes no tuvieron la misma suerte que yo...bueno, como sea, me mudé aquí   para entrar a esta preparatoria. Supongo que sabes que tiene uno de los mejores departamentos de ciencia, de hecho, Luka fue quién me sugirió entrar aquí. Lo logré, Rin. Entré. -dijo lo último esbozando una genuina sonrisa.
-Pero ent- Len me interrumpió
- Cállate niñoniña, aún no acabo de contar.- Me dio un sape. Mi corazón se estrujó al escuchar ese viejo apodo siendo dicho por él, por su voz, por Len...- Por las tardes aún tengo mucho trabajo, voy directamente a la universidad a estudiar y a investigar más junto con el resto del grupo piloto y los científicos que nos guían. Tú no me viste hoy en la preparatoria por que, además de que no saliste, mi salón esta en el último piso.-dijo

Era lógico, las clases F estaban en el primer piso, las E en el segundo y así sucesivamente hasta llegar a las clases A, en el último piso. Len obviamente estába en la clase A. Aún así, yo no me explicaba como siendo él y yo siendo, pues...yo, estábamos en la misma preparatoria. ¿Cómo era posible que estuviera en la misma preparatoria que los de ese grupo piloto que hacia alusión Len?. Todo eso lo externé preguntándole a Len, esperando que el pudiera darme una razón.

-Yo te ayudé. Supé lo de tus padres y yo hablé con tu papá y le sugerí que te vinieras a la ciudad. Hablé con los directivos y te recomendé, además, en ese examen de IQ que nos hicieron al acabar el colegio primario tú también saliste alta, sólo que no en tus habilidades matemáticas y ese era uno de los requisitos para entrar al programa. Por eso no fuiste reclutada. Insistí en que te trajeran aquí y entraras conmigo...por que...te extrañaba mucho Rin- explicó Len. Eso me cayó como un balde de agua fría. La verdad odiaba a las matemáticas y ellas a mí, pero aún así no pude evitar sentirme tonta y más confundida. Él...¿Me extrañó?.- Incluso si antes ya no te hablaba como antes y me tenía que mantener alejado, me bastaba con verte.
-Ah...- fue la única exclamación que, débilmente, logró salir de mi boca.
-Sin embargo, me comencé a distanciar por que estaba reventando, Rin. Estaba revansando mis limites: estudiaba mucho, dormía tarde, comía mal, tenía que mantener mi promedio y aún así aportar con la investigación. No quería que te dieras cuenta. Ya alucinaba todo lo que tuviera que ver con conocimientos y ciencia, y eso que amo la astronomía. Kaito es el sobrino de Luka así que lo conocí en una de las asesorías que tomé, él me ayudó a distraerme de mis estudios, pero...- hizo una pausa. Noté su cambio de voz de uno animado a uno melancólico- me alejé de ti por que me gustabas. Siempre lo hiciste, desde pequeño sabía que quería casarme contigo, incluso mis papás me molestaban con eso- rió- pero... luego pasó lo del abuelo ¿Recuerdas?- Por supuesto que lo recordaba, jamás olvidaré el dolor que él y su familia emanaban en ese tiempo- Jamás había visto sufrir a mi abuela y a mis padres de esa manera,y yo...te vi en mi abuela, Rin. Me dio miedo ser como el abuelo. ¿Y si me pasaba algo? ¿Y si te dejaba con deudas y deudas así como mi abuelo hizo con ella? No quería verte así, no a ti. Y como sabía que te gustaba...-dijo pícaro con una sonrisa ladeada. Yo me avergoncé y sentí la sangre irse de lleno a mi cara. Después de todo creo que era bastante obvio.- no quería arriesgarme a decidir impulsivamente mi futuro y darte una vida llena de dolor. Me prometí a mi mismo que no permitiría que nada me distrajese del exito. Si me mantenía en el grupo piloto y conseguía un futuro estable entonces podría traerte conmigo con toda la seguridad de que no pasaría lo mismo con mis abuelos y mi papás. Fui tan avaricioso y egoísta que olvidé las verdaderas cosas importantes y, queriendo hacer todo por no lastimarte, te lastimé aún más.- Dejo caer su cabeza  y puso sus manos en su cuello, como si estuviera derrotado.

El eclipse estaba pasando un poco, así que la luna parecía que sonreía de apoco, como si estuviera escuchando nuestra conversación, la confesión de algo que ella sabía y no podía decir y sólo esperaba pacientemente por el momento en el cual todo se esclareciera.

-¿Por qué no me dijiste nada?- pregunté más tranquila. Mirando hacia el cielo casi negro. Después de todo, me sentía feliz y conmovida. Entendí a Len y, aunque estaba lastimada, no estaba molesta con él. Len también sufrió.

-Rin- sonrió al decir mi nombre.- te conozco mejor que nadie en el mundo, me hubieras regañado y me hubieras convencido de que no era importante, que no sería como mi abuelo y de esa manera yo no habría tomado seriamente mi futuro.- Tenía razón, realmente lo hubiera hecho y eso habría sido cortarle las alasy yo nunca me hubiese perdonado por ello. Tan inteligente como siempre, él decidió hacer lo mejor para los dos. Y lo calló. Aguantó la carga él solo.

Entendí todo lo que había pasado, por eso no regresaba conmigo a casa, por que tenía que estudiar; por eso siempre tenía esa aura de tranquilidad, no era eso, él estaba cansado; por eso no hablaba conmigo, por que le era difícil mantener el silencio sin romperse como siempre lo hacía cuando niño.

Lo abracé. Nos levantamos, nos tomamos de las manos y le invité un café para ponernos al corriente de todo lo que nos habíamos perdido el uno del otro durante esos años. El eclipse acabó y ninguno de los dos se dio cuenta hasta que pudimos vernos los rostros completamente ruborizados. Finalmente todo estaba claro, ambos estábamos juntos y ahora sabíamos lo que cada uno sentía por el otro.

Estrellas para RinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora